En 'Fin de Semana'
Cristina: “Separarse de España se identifica con el paraíso, el comienzo de la historia nueva”
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Carles Puigdemont está en su sauna de su casoplón, de seis habitaciones y cuatro plazas de garaje por apenas 4400 € al mes. Que ha dicho la alcaldesa de la ciudad de Waterloo que tranquilos, que ya se ha incorporado a su mansión. A su vez, el consejero de Interior que organizó el zafarrancho de los Mossos, Joaquim Forn, sigue en la cárcel por orden del juez que ha dicho que teme que la líe parda si sale a la calle. Y en realidad la mayor revelación de hoy sobre las investigaciones del 1 de octubre es que el martes pasado, cuando los parlamentarios catalanes declinaron investir a Puigdemont había un acuerdo firmado con la CUP o sea con la kale borroka catalana para hacerlo. PDeCAT y CUP, en efecto, lo dieron por bueno pero fue la Esquerra de Oriol Junqueras la que se negó a tirar para adelante. Las razones parecen claras escuchando ayer a su segunda Marta Rovira.
La Esquerra se niega a enviar más gente a la cárcel y a seguir haciendo el canelo, y ese acuerdo secreto firmado con la CUP, atención, pues no pudo llevarse a cabo. Pero aunque no haya nuevos números en el sainete cómico-trágico a 13 asaltos de Puigdemont, el nacionalismo no descansa. Porque ser nacionalista no es algo temporal, es una identidad, se lleva siempre encima, se practica constantemente, empapa todas las actividades del día, desde educar a los hijos en el sentimiento patrio a comer ‘mongetes’ o bailar sardana en la fiesta. El funcionario nacionalista milita en casa y en el trabajo, y el jubilado nacionalista entrega su tiempo hasta la muerte a separarse de España. ¿Por qué? Porque, pues porque separarse de España se identifica con el paraíso, el resumen de todos los bienes, el comienzo de la historia nueva y el hombre nuevo; una obsesión como cualquier otra, y no se para.
Y los próximos capítulos de nacionalismo catalán se van a escenificar en Baleares y en Valencia, los que llaman Países Catalanes por todo el morro. Y este plan daría un paso crucial cuando TV3, la televisión catalana, que tanto ha contribuido a partir en dos Cataluña empieza a emitir, atención, en Valencia y va a ser pronto, a partir de la primavera de este año. ABC lo ha recordado lo ha recordado y nos ha suscitado un escalofrío. La cosa se firmó en mayo de 2016 cuando Carles Puigdemont y Ximo Puig decidieron remar juntos ideológica, lingüística educativa y mediáticamente. Ximo Puig se comprometió a reflotar el Canal Nou local que ya ha nacido y ahora se llama ‘À Punt’ y ambos mandatarios acordaron que sus programaciones se extenderían a los dos países catalanes ‘À Punt’ se verá en Catalunya y TV3 en Valencia, así se irán uniformando social y culturalmente. ¿Y quién es la nueva directora general de la cadena valenciana pública ‘A Punt’? Pues la antigua corresponsal de TV3 en Valencia, ni más ni menos, la filóloga Empar Marco que empezó con la batalla lingüística por el catalán en Valencia y después se pasó al periodismo. Empar Marco ha trabajado también para los diarios catalanes ‘Avui’, ‘La Vanguardia’ y para Catalunya Radio. ¿De verdad que nadie va a hacer nada para parar esto? Los medios autonómicos tienen como razón de su existencia la difusión de hechos y noticias locales que no llegan a los medios nacionales, pero la presencia de TV3 en otras autonomías constituye un evidente método de propaganda del régimen nacionalista al servicio del proyecto de los Países Catalanes, en definitiva una forma de enfrentar a los españoles entre sí.