Schlichting: “El festival era luctuoso y no me extraña que ganase una canción dedicada a un difunto”

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Pues no lo conseguimos. La estupenda actuación de Miki, que lo hizo impecablemente cantando La Venda, no nos sacó del pozo tradicional de los más rezagados en Eurovisión. Un decorado mejorable y una puesta en escena un poco rara para una canción de fiesta no convenció a los de Eurovisión, que se han puesto muy estupendos últimamente y desprecian las discotecas. Porque lo que está claro es que este verano los europeos van a bailar justamente nuestra canción y no otra.

Puesto 22 de 26 canciones en un festival monocorde donde demasiados temas se parecían. Ganó Holanda, una de las favoritas, con lo que más le gusta al jurado de este concurso, las baladas.

No tengo nada contra Holanda o el segundo puesto de Italia o el tercero para Rusia, iban en cabeza entre los favoritos, pero definitivamente este festival era luctuoso y no me extraña que ganase una canción dedicada a un difunto, al que Duncan Laurence pide que se lo lleve con él. Definitivamente, a Eurovisión ya no le gustan las fiestas ni los regocijos y no me extraña, porque hay que ver cómo está Europa, que ni se reproduce.

Madonna fue la estrellaza del concurso y desafinó sorprendentemente. Montó un espectáculo grandioso, como suele ella, y estuvo simpática, que para eso cobró un porrón. Elevó mucho el interés de la audiencia y dio un toque revolucionario sacando dos bailarines abrazados con sendas banderas de Israel y Palestina en la espalda, toda una provocación para los organizadores.

El pelo político volvió a asomar en Eurovisión donde alguna canción mediocre se aupó por razones ideológicas, como Macedonia, con un tema feminista. También Italia, que a mi me encantó, era un ataque al líder italiano Salvini, porque era una vindicación del mundo gay y la inmigración que había ganado el Festival de San Remo como desafío al gobierno de Roma.

En fin, mucha purpurina, muchas plumas, Conchita Wurst entre los invitados y una noche graciosa para pasarla con amigos y hacer quinielas. Definitivamente, no podemos confiar ya ni en nuestra gracia ni en la alegría española. Tiene razón mi amigo Javi Peña, experto en Eurovisión, hay que empezar a contratar a compositores de primera. Diréis que es tontería gastar dinero en esto, pero me temo que el concursito lo ven 200 millones de personas.

Nos queda el consuelo cultural que nos ha procurado Almodóvar, cuya magnífica y sincera película autobiográfica, Dolor y Gloria, ha sido aplaudida diez minutos en el Festival de Cannes. Los expertos dicen que es posible que este año alcance el manchego por fin la Palma de OroLástima que lo aguase con una declaraciones políticas en las que no sólo se felicitó del triunfo de Pedro Sánchez, que es muy legítimo, sino que añadió: “Antes de las elecciones parecía que no vivía en el país que yo pensaba y por el que todos habíamos trabajado. Afortunadamente el resultado me ha devuelto la España democrática en la que pensaba que vivía. Es espantoso que tengamos un partido de ultraderecha”.

Me sorprende una y otra vez esta capacidad de algunas personas que creen que democracia es sólo lo que ellos piensan. Que sólo hay democracia cuando ganan los que ellos han votado. Y, en cuanto a los de VOX, me llama también la atención que no le espante al cineasta un partido sovietizante como Podemos, que reclama expropiaciones y que las ideas del partido impregnen y dirijan los medios de comunicación, los organismos sociales y el tejido económico y social. Iba a tener que hacer películas solo sobre Pablo Iglesias. Se conoce que hay quien no ha tenido bastante totalitarismo en el siglo XX.

Murió Analía Gade, de la que mi abuela hablaba un montón, y muchos diréis quién era. Pues fue una gran artista argentina afincada en España, que ha fallecido con 87 años, que rodó con Fernando Fernán Gómez y fue favorita de Adolfo Marsillac y Alonso Millán. “Las bicicletas son para el verano” nos hará recordarla siempre.

Y para demostrar lo sectarios que somos en España, ayer los independentistas sacaron del escenario a Marta Sánchez. A huevazos. Como lo oyes. Los independentistas le tiraron huevos en su actuación en Badalona y forzaron su salida del escenario. Le reprochan que lleve en su repertorio el himno de España. Parece que fueron los cachorros de las CUP, que le gritaron “fascista” mientras la boicoteaban. Supongo que estos también piensan que democracia es sólo lo que ellos piensan.

Otra mujer, Guadalupe Ortiz de Landazuri, puso ayer la nota optimista. Una catedrática de Química nacida en 1916, cuando las mujeres eran apartadas casi totalmente de las aulas. Una chica que pensó que el cristianismo no sólo tiene lugar en la capilla, sino también en los laboratorios, las clases y entre la gente y que se fue por el mundo a contarlo. Misionera en México, absolutamente libre y alegre, propagó por allí el Opus Dei, de su gran amigo, San José María Escribá de Balaguer. 11.000 personas se congregaron para celebrar la subida a los altares de esta mujer. Murió con apenas 59 años pero a la que le dio tiempo a una infinidad de cosas. Deportista y viajera, enferma ejemplar, su beatificación es un orgullo para todas las pioneras modernas y españolas.

Y hoy es el último día en que se pueden publicar encuestas. Algún dato: empate virtual en Madrid entre izquierda y derecha. Repetición del gobierno de Lambán en Aragón con Podemos. En Castilla y León ganará el PSOE por primera vez desde 1983 pero Ciudadanos tiene la llave del gobierno. En Barcelona el separatismo de ERC ganaría pero en empate con Ada Colau que podría pactar con el PSC, el de Iceta.Mayoría de izquierdas en capitales: Valencia, Sevilla, Zaragoza y La Coruña.

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