Carmen Lomana confiesa el “desagradable” mote que le puso su suegra y lo que pensaba de los españoles: “De medio pelo”

La socialité hablaba alto y claro de la relación que forjó con los padres de su marido, que eran originarios de Chile, en 'Fin de Semana'

Carmen Lomana y Chile
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Ana Rumí

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Unas rosas, unos bombones o un peluche, cualquier detalle es bueno para expresarte que te quieren y que están a tu lado en todos los momentos del año. Y aunque cada día sea un buen momento para demostrar amor, ahora que hemos pasado San Valentín, no se nos ocurría un mejor momento para celebrar ese amor. 

Habrá quien diga que este día de los enamorados es solo para hacer una acción comercial más o que el amor debe demostrarse todos los días del año, pero nosotros pensamos que por qué no hacer gala de ese amor que sentimos por otras personas y celebrarlo.

Y es que, si nos lo ponen en bandeja, no vemos un motivo por el cual no se debería celebrar el amor en San Valentín. Eso sí, es cierto que hay que seguir celebrando el amor y decir a las personas que las quieres todos los días. Y, por qué no, también presumir de ellas.

Si hay alguien que eso lo hace bien y que siempre ha hecho gala de su marido, esa es Carmen Lomana. Desafortunadamente, desde hace varios años, la socialité está viuda, pero siempre ha recalcado el amor que sintió, siente y sentirá por su marido Guillermo.

En muchas ocasiones ha contado cómo fue su historia de amor, cómo se conocieron y cómo se casaron en tiempo récord. La suya, por cierto, ha sido una historia de película.

Y como nos gusta hablar con ella de amor, en 'Fin de Semana' desvelaba algunos detalles de su vida que no conocíamos hasta ahora. Y todo, respondiendo a la pregunta de un oyente.

Su relación con los padres de Guillermo

Era un oyente la que le preguntaba a Carmen Lomana cómo había sido la relación de ella con sus suegros, que, por cierto, vivían en Chile. 

Ella misma era la que, con mucho humor, decía que “gracias a Dios les veía muy poco”, aunque afirmaba que, con los padres de Guillermo, había conseguido tener una muy buena relación. Eso sí, dice que había diferencia entre el padre y la madre.

“Era muy buena, sobre todo el padre de Guillermo, que le llamábamos Mitón, se llamaba Guillermo, no sé por qué le llamaba Mitón, era un hombre de una bondad, no tengo palabras, me acuerdo de él y me emociono” comenzaba contando.

La escena que presenció Carmen Lomana junto a su madre en un pueblo cántabro que marcó su infancia: "Una de las cosas más impresionantes de mi vida"

La escena que presenció Carmen Lomana junto a su madre en un pueblo cántabro que marcó su infancia: "Una de las cosas más impresionantes de mi vida"

De él decía que había muerto de pena, y todo a causa de la muerte de Guillermo. También ha querido recalcar el papel y la relación que tuvo con su suegra.

Eso sí, aseguraba que su suegra sentía cierto recelo cuando se acercaba Guillermo a ella. “Mi suegra era muy simpática, una mujer muy especial. Yo siempre decía, 'Guillermo, no me des besos ni abrazos delante de tu madre', porque se le cambiaba la cara, no lo podía evitar. Le daba envidia” confesaba Carmen Lomana.

Pero no lo decía de un modo malo, porque dice que su suegra la “adoraba” y le daba las gracias por haber conseguido cambiar el estilo de vestir de Guillermo. Con ella llegó a tener muy buena relación y, afirmaba, también echa de menos a sus suegros.

El mote que le puso su suegra

Como te contábamos, los padres de Guillermo y él eran de Chile, por lo que Carmen Lomana contaba que muchas navidades fue a pasar estas fechas a Santiago de Chile. Y aunque tenían ascendencia española, había ciertas diferencias.

Diferencias, sobre todo, culturales y lingüísticas, sí, aunque hablen español. Tanto es así que, a causa de nuestras expresiones, la suegra de Carmen Lomana le llegó a poner un mote que era de lo más “desagradable”: “coñito” [sic].

“Porque en Chile a los españoles les llamaban y supongo ahora que igual coños, ¿por qué? Pues sobre todo a la última hornada que llegó después de la guerra civil, que según mi suegra eran todos panaderos, no sé por qué decía eso, pero bueno, entonces siempre decían, coño para aquí, coño para allá, ¿por qué coño? Y entonces los coños se quedaban con los coños y le decían. Esa es la cosa más fea. Horroroso”comentaba la socialité.

Santiago de Chile

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Santiago de Chile

Dice, además, que los españoles como ella no estaban “muy bien vistos, igual que en otros países de Latinoamérica, sí, en Chile no. No de malos ni nada, sino de gente de medio pelo, exceptuando los de la colonia, los primeros” confesaba.

“La familia de Guillermo, por parte de su abuela, eran de los primeros que llegaron a Santiago. Y bueno, su abuela era una familia muy buena, criolla. Entonces yo digo, oye, pero tú madre, ¿qué estás diciendo, coñita? Y él se partía de risa. Luego ya no, no me lo decían nunca cuando fui” revelaba.

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