"Al coger la mano de Mariano vi la muerte en su cara"

La historia está llena de héroes anónimos, personas normales que un día realizaron una acción, una llamada o un gesto que salvó miles de vidas o una sola cambiando el mundo que conocemos. Mariano Antonio Fernández Pérez podría ser el protagonista de alguna de estas historias, un hombre de 69 años que falleció intentando salvar de una paliza a un anciano. Mariano y su mujer, Isabel estaban paseando cerca de la estación de metro de Alonso de Mendoza, en el barrio de San Isidro de Getafe. Y fueron testigos del ataque de un grupo de jóvenes (dos chicas y un chico de raza negra) a una persona mayor. La víctima era un abuelo, de unos 75 años, al que unos muchachos golpeaban. Sin compasión. Estaba sangrando de una oreja. Hasta que llegaron Mariano y su mujer y comenzó la inútil intentona de hacer entrar en razón a esos chicos. Segú ha contado Isabel en 'Fin de semana COPE', "Marino les dijo: ¿Por qué le pegas? Es un hombre mayor, podría ser tu abuelo. Porque es un cabrón. Y un hijo de puta, contestó una de las chicas que conformaban el grupo". Isabel respondió un: No lo es. Y el grupo de jóvenes empezó a escupirle. Y claro, Mariano fue a defender de forma verbal a su mujer. Una de las chicas que estaba pegando al anciano empezó a pegar a Mariano, "dándole bofetadas y patadas" y cómo Mariano era incapaz de pegar a una mujer el chico del grupo aprovechó para zarandearle. En ese momento a Mariano le dio un infartoque acabo con su vida no sin antes salvar la del anciano y la de su mujer. “Al coger la mano de Mariano vi la muerte en su cara. Falleció al instante. Fui consciente desde le primer momento de que estaba muerto”, recuerda emocionada en COPE Isabel. Mariano Antonio Fernández Pérez nació y fue enterrado en Arévalo (Ávila). Era una persona muy solidaria, siendo voluntario en Mensajeros de la Paz. De hecho, la Asociación de Mensajeros de la Paz escribía este emotivo mensaje dedicado a Mariano: "La vida habría que vivirla como uno decide o, al menos, intentarlo. Mariano la vivió entregando parte de la suya a los demás. ¡Vivió dando y murió ayudando! Ojalá su ejemplo alumbre el camino que ha dejado abierto para todos nosotros. La familia de Mensajeros de la Paz hoy está triste por tu partida, pero muy orgullosa de que haya formado parte de esta gran familia”."Al coger la mano de Mariano vi la muerte en su cara"