“Dos horas de móvil al día ya es adicción en los niños”

Según los estudios, los españoles pasamos, de media, casi cuatro horas al día observando la pantalla de nuestros teléfonos móviles. Los adolescentes están por encima de esta media. La mayoría lo utiliza de forma abusiva y algunos de ellos están adictos a sus juegos y redes sociales. ¿Qué debemos hacer nosotros como padres para evitar que sufran abusos y estafas? ¿Somos realmente conscientes de los riesgos a los que están expuestos nuestros hijos?

Para resolver estas dudas, hablamos con Silvia Barrera, Inspectora de la Policía Nacional y jefa del grupo de investigación en ciberseguridad, además de muchos trabajos en cibercrimen y ciberseguridad. La misma inspectora nos contaba: “Después de muchos años viendo sucesos que se podían habrá evitado, he visto que los padres tienen un papel fundamental. Los programas y app de control parental son fiables, pero no suficientes. El riesgo se evita con la supervisión física y unas normas previas bien establecidas.”

Sobre la supervisión física, algunos padres no la realizan por miedo a violar la intimidad y  la privacidad de sus hijos. En cuanto a esto, Barrera nos relataba cuáles son exactamente estos derechos: “Hay dos derechos, el de la intimidad y el de los padres de supervisar. Cuando el acceso a internet se convierte en un riesgo, supervisar el teléfono de nuestros hijos está completamente justificado”.

Otro tema recurrente sobre el que los padres suelen dudar es la edad a la que se debe entregar el móvil a nuestros hijos. Esta es su opinión: “A un niño no se le puede dar un móvil si no somos conscientes de lo que eso supone y sin haber dejado claras una serie de normas.”

También es interesante saber cuántas horas diarias debemos permitirle usar como máximo el teléfono. Para Silvia Barrera, más de dos horas al día es demasiado tiempo. Si no ponemos un límite, lo normal es que el menor acabe creando una adicción.

Toda este contenido, Silvia lo explica con mucho más detalles en el libro ‘Nuestros Libros en la Red’.