“Hay que superar la Guerra Civil, animar a las nuevas generaciones a verla desde la distancia”
Rafael Tarradas Bultó es autor de uno de los libros más vendidos de los últimos meses y cuenta en Fin de Semana qué le motiva para escribir
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El mundo de los libros sigue funcionando. En plena época digital, cuando casi todo el mundo se ha pasado a la ‘tablet’ o a los ‘e-books’ y cuando parece que las serie o que los ‘memes’ ocupan todo nuestro tiempo ocurren milagros librescos tan antiguos como la historia de la humanidad.
Imagina un chaval que decide recopilar las anécdotas que todos tenemos, esas anécdotas sobre todo relativas a la Guerra Civil, las historias de la familia. Y, con ánimo de que no se pierdan, saca un libro, por cierto bastante grueso, e imprime tres ejemplares: para sus padres y para su tía. Entonces los primos le piden la novela y le dicen que la podía colgar en Amazon para que se pudiese imprimir a demanda.
Pasan ocho días y se venden 500 ejemplares y después llega la llamada de la editorial para decir que se han impreso 20.000 ejemplares. Hablamos de “El heredero” y de su autor, Rafael Tarradas Bultó, y además ya está por la segunda edición, siendo así un fenómeno literario.
Tarradas (de 42 años y dedicado al periodismo y la publicidad) ha estado en Fin de Semana con Cristina, a quien ha asegurado estar “muy contento” con este éxito tan sorprendente: “Cuando haces algo tan inesperado y con tanto éxito te sientes muy contento, es un cambio total”. Sobre el tipo de libro, explica que “es ficción pero con un 20 % de historias de la familia. Empecé con esas historias familiares pero las escribía como una historia y los huecos los rellenaba con ficción, y cuando se me acabaron estaba tan viciado con el teclado que no pude parar y llegue hasta las más de 600 páginas del libro”.
¿Qué tiene la Guerra Civil para que siempre se cuenten historias sobre ella? Rafael no lo duda y asegura que “nos apasiona porque es una historia reciente y nos la han contado los protagonistas. Eso a mí me engancha mucho, es muy diferente leerlo en un libro de historia a que te lo cuente tu abuelo y te lo puedes imaginar en la situación. Mis abuelos republicanos no hablan nada de ella y los del banco nacional sí hablaban, y cuando ves que tienes un público entregado como el mío te explican más cosas, y eso hacían mis abuelos”.
Por edad, el autor es imposible que haya vivido ni la Guerra Civil ni el franquismo, algo que reconoce y además critica el tratamiento que se le da en los colegios: “En la escuela hablamos muy poquito de la guerra, pero la ventaja es que, quien quiera informarse, tiene todo a su disposición y el que no esté informado es porque no quiere. Hay que tener inquietud y buscar y rebuscar, encuentras todo lo que quieras”.
‘El heredero’ se llama así con motivo de su protagonista, y Tarradas aprovecha para explicar que “en Cataluña el hereu es una institución, todo el patrimonio va a al hijo mayor. El mío es un heredero desposeído de lo que tiene. Es una persona que, a pesar de haberlo tenido todo en contra, es noble de corazón y actúa con moralidad, nunca deja de ser buena persona. Es leyenda de mi familia. Mi casa familiar se llama San Antonio pero no entendemos por qué porque no hay ningún Antonio en la familia, y nunca ha habido ninguno. En un momento dado empezó a correr la leyenda, no sé si inventada o con algo de realidad, de que había habido un heredero que se llamaba Antonio y se había casado con una chica que no aceptan en la familia y fue desheredado y, en homenaje a él, le pusieron el nombre a la casa. No sé hasta qué punto es cierto”, reconoce.
En cuanto al alto de nivel de documentación de su obra, agradece a sus abuelos el poder haberla tenido: “Por fortuna tenían alergia a tirar cosas. Encontré, entre otra cosas, un baúl de cosas lleno de cartas de la Guerra Civil, y ahí es donde ves las sensaciones y sentimientos que había. Pasan de la emoción tremenda a la tristeza y esto iba muy bien para mi libro por el tipo que es, porque la parte histórica es fácil de encontrar pero la parte de sentimientos es más difícil y estas cartas me ayudaron mucho”.
Lo cierto es que hay muchas veces en que un producto sobre esta guerra es tachado de parcial por dar una visión muy buena de un bando y muy mala de otro, pero en ste caso Rafael asegura que sus lectores le alaban por haber conseguido un libro “muy imparcial”, algo que él explica porque, para él “el libro no es de la guerra, la guerra es en realidad el fondo, el marco. Me han preguntado si me ha costado esa objetividad y la verdad es que no porque yo tengo 42 años, no he vivido ni el franquismo ni la guerra. Mi generación tiene que empezar a poder ver las cosas desde arriba y entender que en una guerra hay malos y buenos en todos lados y que es un desastre para todos. Y que, cuando acaba, parece que hay ganadores pero en realidad todos han perdido, y es un poco el sentimiento que tengo yo sobre esos años, la pérdida de tiempo y la crispación que se genera que dura muchos años. Hay que superar eso, y yo lo tengo superado”.
Curiosamente, este libro se vende primero en el público femenino para luego llegar al masculino, algo que a él también le sorprende pero asume: “Creo que tiene muchos personajes que engancharán con mucha gente diferente, tiene suficiente aventura para que al aventurero le guste, tiene también thriller y espionaje, y tiene grandes historias de amor. Los personajes se mueven por amor, así que los que gusten de amor lo tienen. Creo que es un libro para todos los púbicos pero lo empiezan comprando las mujeres y luego llega al resto”.
¿Cómo se ve él a diez años vista? Porque el mundo audiovisual no ayuda a la venta libros, pero él no tiene miedo: “A pesar de las series, que nos hacen mucha competencia, creo que la magia de tener el libro delante y que tu cabeza funcione y se imagine cosas siempre tendrá gancho. Estamos hartos de ver programa que no te piden nada, no requieren nada de ti. A lo mejor se nos ablanda el cerebro y sería bueno invertir tiempo en la lectura”.