Solo necesitas esto: El truco de un dermatólogo para evitar los daños de los secadores de uñas en nuestra piel
El doctor Aguilera considera que no hay que crear alarma con la posible relación que puede haber entre las lámparas de luz que se usan en centros de estética y el cáncer de piel
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Habitualmente mucha gente acude a centros de belleza y estética para hacerse la manicura. Las técnicas para hacerse las uñas han evolucionado en los últimos años, y actualmente están muy extendidas, por ejemplo, las manicuras semipermanentes o las permanentes. Este tipo de servicios de belleza suele incluir a menudo la utilización de lámparas de luz para aligerar el tiempo de secado de los esmaltes de uñas.
Estos rayos ultravioleta encargados de secar las uñas permiten que los esmaltes se fijen más rápidamente, pero desde hace un tiempo corre el rumor de que podrían ser poco recomendables para nuestra salud. Una investigación llevada a cabo por la Universidad de California ha concluido que esta luz ultravioleta podría dañar el ADN y causar muerte celular, lo que podría desembocar en un cancer de piel. Algo que ha comenzado a crear alarma entre los usuarios de los centros de estética.
No obstante, en 'Fin de semana' el doctor José Aguilera, coordinador del grupo español de fotobiología de la Academia Española de Dermatología y Venerología, ha descartado crear alarma por este asunto. "La cantidad de radiación ultravioleta que recibimos en un día normal de verano es muchísimo mayor, casi 10 veces más, que la radiación ultravioleta B, que es la más agresiva".
Lo que viene a demostrar el estudio, según ha explicado el doctor, es que potencialmente este tipo de radiación es capaz de producir daños en el ADN celular, que es nuestro código genético, "el procesador de nuestro ordenador". Al dañarlo, las células dejan de crecer y pueden alterarse y "si esas alteraciones no se reparan, al cabo de los años puede producir cáncer de piel".
El dermatólogo reconoce que ha testado algunas de estas lámparas de secado en el laboratorio. "Medí la intensidad de la radiación, que es bastante fuerte, como casi tanta radiación o incluso más que la que recibimos de radiación ultravioleta cualquier día de verano". La diferencia entre los experimentos que han hecho en la Academia Española de Dermatología y los de la universidad americana es que aquí se ha testado de una manera más realista y similar a la exposición que puede tener un cliente que va a hacerse la manicura. "Cuando una persona va a hacerse las uñas, el momento que pone las uñas no son 20 minutos (que es lo que ha probado el equipo de California), están 90 segundos o 2 minutos, como mucho", advierte el doctor Aguilera. "Al final lo que se recibe es menos de la radiación ultravioleta A que se recibe en un día normal al estar 20 minutos al sol".
Si la situación fuera más grave, el doctor considera que las autoridades sanitarias ya habrían tomado medidas, como por ejemplo ya se regularon en su momento las cabinas de bronceado, que funcionan con la misma luz ultravioleta. "La Organización Mundial de la Salud decretó que eran potencialmente cancerígenas porque el abuso de esa radiación ultravioleta por determinadas personas no era muy recomendable".
En este caso de las lámparas para uñas, el doctor insiste en que es una dosis "muy bajita". "A día de hoy oficialmente no podríamos decir que son procancerígenas porque no hay ninguna evidencia científica, pero podemos decir que son potencialmente dañinas", afirma Aguilera.
Desde la Academia Española de Dermatología recomiendan que cuando acudamos a hacernos la manicura utilicemos una crema con protección solar en las manos, concretamente como mínimo de factor 50 SPF. "Nos va a garantizar al menos un factor de 20 frente a la radiación ultravioleta A, y si ya es poca dosis la que recibimos, con protección sería muchísimo menos y más inocua", aconseja el doctor.