Amnesia infantil: un estudio aclara por qué no recordamos nada de nuestros primeros años de vida
Un nuevo estudio de la Universidad de Yale saca a la luz nuevos datos sobre este fenómeno que afecta a los más pequeños

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¿Cuál es el primer recuerdo que tienes? Lo más común es que no recordemos nada de nuestros primeros meses y años de vida, salvo alguna cosa muy concreta.
Este fenómeno recibe el nombre de amnesia infantil y hay una nueva investigación de la Universidad de Yale nos ha permitido profundizar más en ella.
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Jorge Alcalde, en su sección de ciencia de 'Herrera en COPE', ha desgranado los detalles del estudio, poniendo el foco en el verdadero motivo por el que no recordamos nada de nuestra etapa de bebés.
"Es difícil plantearse cuál es el primer recuerdo y seguro que todas estas personas que aseguran tenerlo, no lo sea realmente, sino que es un recuerdo que reviven cuando les preguntas.
Los grandes acontecimientos de nuestra vida infantil, cuando empezamos a andar, el primer día que fuimos a la guardería, la primera comida sólida que comimos, no lo recordamos. Sin embargo, son impactantes porque forman nuestra biografía", comenzaba explicando Alcalde.
Las claves de la investigación
Esta nueva investigación de la Universidad de Yale es realmente interesante "porque ha demostrado qué es lo que ocurre en el cerebro de los más chiquitines entre los cero años de vida y los dos años para poder o no recordar".
Alcalde ha explicado cómo se ha llevado a cabo la investigación y los sorprendentes resultados obtenidos, que cambian lo que sabíamos hasta la fecha sobre el hipocampo.

Vista lateral de un niño jugando con juguetes sentado en el suelo de la sala de estar en casa.
"Se ha puesto a varios niños de diferentes ramos de edad, desde los cero a los seis meses, de los seis a los 12 meses y de los 12 a los 18 meses, se les ha impactado con imágenes recurrentes de rostros, de objetos, de animales. Y mediante una especie de escáner, se ha estudiado cómo se activa su hipocampo, esa parte del cerebro donde se supone que se almacenan las memorias".
La investigación revela que "un bebé de pocos meses cuando ve una imagen, si se la vuelves a poner un día después o unas horas después, suele fijarse más en ella que en una imagen nueva. La reconoce y al reconocerla deja un poquito más de tiempo mirando con sus ojos esa imagen".
Tras realizar el ejercicio con varios bebés, "se ha demostrado que el hipocampo se activa en cualquier momento de la vida, prácticamente desde los primeros días de vida. Es decir, que los niños sí que tienen la capacidad de guardar esa memoria de esa imagen".
Por tanto, cambia lo que se creía hasta la fecha de que no recordamos cosas de nuestra infancia porque el hipocampo tarda en desarrollarse. "Esta investigación ha demostrado que sí podemos recordar. ¿Qué es lo que ocurre entonces? Que lo que no obtenemos es la llave para activar ese hipocampo todavía", explica Alcalde.
Es decir, "si tú tienes un recuerdo de algo importante, por ejemplo, la primera comida sólida que comes, eso entra en una cajita dentro del hipocampo. Lo metes en un cajón, pero para después recordarlo, necesitas una llave que abra ese cajón. Y esa llave, la que nos falta hasta que somos más mayores".
Cómo acceder a lo que vivimos de bebés
La gran pregunta ahora es cómo se consigue esa llave, algo que es un "gran misterio" y que ha intentado explicar Alcalde, dentro de las incógnitas existentes.
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"Se consigue, y fíjate lo misterioso que es esto, se consigue olvidando. Porque como todo en la vida, la memoria también es un Jinny and Yang, es un juego de espejos. Para recordar hay que olvidar. La clave de esta investigación es que demuestre una vez más que realmente la memoria es un juego de olvidos. Es un juego de meter en un cajón algo para no retenerlo hasta que no lo necesites.
La naturaleza ha diseñado un sistema de supervivencia que es olvidar, no borrar, olvidar transitoriamente experiencias y recabarlas solo cuando son necesarias, porque hay que elegir y sobre todo en un momento de crecimiento de un bebé en el que la energía tiene que estar puesta en crecer y en desarrollarse".
Los recuerdos en nuestra infancia
Para terminar, hace una reflexión general sobre los recuerdos en nuestra infancia: "Yo creo que nadie recuerde nada de sus primeros 18 meses, podemos tener otra cosa, idealizaciones de lo que recordamos, porque la memoria también se forma a través del relato de lo que nos cuenta.
Yo puedo haber recibido impactos posteriores en mi vida de mis padres hablando del salón de casa cuando nací mi hermana, por ejemplo, y creer que lo recuerdo, pero no lo recuerdo, lo que recuerdo es la conversación que tiene mis padres.
Cuando hay un trauma, una experiencia verdaderamente dura o verdaderamente alegre, es más fácil que se impregne nuestra memoria, pero eso está adornado con el relato que luego hacemos de la memoria, porque de hecho hay dos tipos de memoria, lo que se llama la memoria episódica, por ejemplo, me acuerdo de la primera vez que me llevaron mis padres a un restaurante, fuera de casa, es un relato y la memoria estadística, que es la memoria que te permite recordar por repetición acontecimientos".