'Cónicas perplejas': “La risa es el espejo amable de lo que sentimos"

En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".

Mi madre se hizo pipí encima viendo a Martes y Trece en un teatro de Madrid. Lo cuenta siempre y cuando lo hace vuelve a reír como lo hizo aquella noche en los ochenta, cuando apenas tenía treinta años, cuando los días pesaban menos, cuando las noches eran interminables.

Nada nos define mejor que nuestra risa. Mi madre achina los ojos y se carcajea hacia dentro. Su risa es contagiosa, es hermosa, es perfecta. Su risa es el recuerdo de muchas cenas familiares, de días felices, de tiempos que brillan con fuerza en nuestra memoria.

La vida es la que es. Las rutinas sepultan el entusiasmo. Las pérdidas nos rompen por dentro. Seguimos y seguimos, pero el corazón es un músculo fatigado, las noches se quedan en blanco, los días apenas duran un suspiro. La vida casi siempre va hacia arriba, como una cuesta inesperada al final de una calle pequeña.

Reír nos recuerda que estamos de paso, que cada carcajada es un tesoro

Pero luego llega la risa, esa aliada inesperada, que brota de cualquier lado, casi siempre sin llamarla; y sentimos que todo ha merecido la pena. Las preocupaciones y la incertidumbre. El dolor y los adioses. La risa es el espejo amable de lo que sentimos. Nos sostiene por un momento y nos aleja del vértigo cotidiano.

Reír nos acerca a la verdad. A la verdad de lo que somos. Reír nos recuerda que estamos de paso, que cada carcajada es un tesoro. Y que la felicidad se parece a esas plantas verdes y fuertes que, inesperadamente, se abren paso con firmeza entre los adoquines grises y el implacable asfalto.

Las 'Crónicas perplejas' de la semana de Antonio Agredano

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