Luis del Val: "Trapero convirtió los Mossos en una KGB de espías catetos"
Escucha la copla de Luis del Val de este jueves
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Se nos había olvidado, se quedaba en el tintero. Nadie se refería a él. Nadie hablaba de Trapero. Pero vuelve al primer plano por los trapos del pretérito. Cuando mandaba espiar a sus propios compañeros: guardia civil, policía... por político provecho. Pelotilla de sus jefes, personaje más siniestro de lo que ya parecía en los asuntos primeros. El que mandaba en los Mossos y que según juramento iba a hacer cumplir la Ley, la burlaba sin remedio convirtiendo la misión de todos los mossos honestos en una organización de espionaje de pueblo.
Una KGB de espías, pero de espías catetos, que informaban sin parar de dónde los guardias civiles estaban menos atentos para repartir las urnas de aquel gran quebrantamiento que consistió en convocar el ilegal referéndum.
Se nos había olvidado, se quedaba en el tintero. Nadie se refería a él. Nadie hablaba de Trapero. Pero ha dejado una huella que dura ya mucho tiempo y por eso seleccionan las detenciones muy prestos. Los que colocan los lazos están muy libres de hacerlos. Pero ése que lo retira, a ese siempre detenerlo. Pedirle la identidad, meterle un poco de miedo para ver si nos enteramos quién es malo y quién es bueno.
Hay muchos Mossos d'Esquadra que ponen todo su empeño en cumplir con su misión sin los desvíos arteros. Pero el veneno está allí y lo ha percibido el pueblo y no cree en la honestidad que puede albergar el cuerpo
El pecado cometido, el inmenso desafuero, es que a los los mossos d'Esquadra, institución de respeto, le han echado tanto barro que su prestigio han deshecho. Ay chivatos, confidentes, sirviendo a los consejeros, completando la labor que ya comenzó Trapero.