Luis del Val: "En la Cañada Real hay delincuentes que trapichean con droga y niños cuyo delito es ser pobres"
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en la falta de reacción de los políticos ante lo que está pasando en la Cañada Real de Madrid:
"Hace dos días dije que algunos niños de la Cañada Real les gustaría que los Reyes Magos les trajeran carbón, al menos, para poder calentarse. Me cuentan que, por las redes, me han acusado de demagogo. Me lo cuentan, porque nunca visito mentideros, pero no es demagogia, sino una vergonzosa realidad, porque se avecinan temperaturas de 4 grados bajo cero y allí no hay suministro eléctrico, y algún niño va a morir aterido. Me cuenta la compañía Naturgy que ellos no pueden cortar el suministro, porque los usuarios no tienen contadores, y se enganchan ilegalmente. Los cortes vienen producidos, porque las estufas de los cultivadores de marihuana precisan más potencia, y hacen saltar el sistema, y se corta.
En la Cañada Real hay delincuentes que se dedican a cultivar marihuana, delincuentes que se dedican al trapicheo de la droga, y personas cuyo único delito es ser pobres, porque seguro que les gustaría vivir, donde vive el delegado del Gobierno en Madrid. Como me parecía brutal que para evitar el cultivo de marihuana dejaran sin poder calentarse a medio millar de niños, pregunté el día 5 a ver si alguien del departamento de Prensa de la Delegación del Gobierno en Madrid me podía dar una explicación. El cinco no era día feriado, y estaban abiertos los comercios y la Administración, pero no había nadie. Dejé el número de mi teléfono, pero igual están dedicados a labores impropias de su sexo como poner una bandera en cada jeringuilla de la vacuna que ponga “Gobierno de España”.
No, señalar una desidia con posibles víctimas inocentes no es demagogia. Es demagogia lo que hace el ciudadano Errejón, que durante cinco meses fue diputados de la Comunidad de Madrid, y no hizo ni siquiera una pregunta para saber qué sucedía en la Cañada Real y, ahora, se quiere presentar como caudillo de la causa. Y me produce vergüenza, y me da asco, que ni la presidente de la Comunidad, ni el Ministerio de Interior, por desidia, por insensibilidad, por incompetencia o por olvido, sean capaces de convertirse en cómplices de la muerte de un niño aterido de frío. Esto no es el primer mundo, esto es una estafa moral, la grosera demostración de un despreció que se llama silencio administrativo, tan silencioso como el gélido invierno, que también mata en silencio".