Luis del Val: "Españoles: bienvenidos a la rutina. Los plastas también han vuelto"

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en la vuelta a la rutina, se acabó el verano con todo lo que ello conlleva:

"Observo que la mayoría hemos vuelto a la rutina. Pienso que lo mejor de las vacaciones consiste en descubrir, al regreso, el confortable encuentro con lo habitual. Claro que no todo es cómodo, porque también han vuelto los plastas: el plasta de tu jefe; el plasta del vecino; el plasta del conocido de la cafetería que cuenta los chistes malos, y, sobre todo, los españoles sabemos que hemos vuelto a la rutina, cuando aparece el plasta por excelencia, el plasta, padre y madre de todos los plastas, que es el plasta secesionista.

Te levantas, te duchas, y te sientes cómodo en la rutina y, ¡zas! sale el plasta diciendo que su objetivo es que en las olimpiadas de 2030, Cataluña participe con su bandera de estado independiente. Mal ejemplo, querido plasta, lo de las olimpiadas. En las olimpiadas de Barcelona no movió un dedo ningún plasta secesionista. Las olimpiadas se celebraron gracias a que Juan Antonio Samaranch, embajador de España en Moscú, que había sido presidente del Comité Olímpico Español, vio posibilidades. Y eligió su ciudad natal, Barcelona. Y convenció a Adolfo Suarez y, luego, a Felipe González para que apoyaran la candidatura de Barcelona. Y no hubo ministro de Asuntos Exteriores de Suarez o Felipe González, ni embajador, ni presidente de alguna federación deportiva española, que no hicieran gestiones para que saliese Barcelona.

Y sin ellos, Samaranch no lo hubiese logrado, pero sin Samaranch no se hubiese puesto Barcelona en el mapa del mundo. Pero los plastas no movieron un dedo, porque Samaranch había sido presidente de la Diputación Provincial de Barcelona con Franco. Eso sí, luego sacaron pecho, y hasta le pusieron una estatua en el Ayuntamiento de Barcelona. Pero vino la plasta y analfabeta de la Colau, y a la persona que había logrado que la ciudad fuera sede olímpica, le retiró la estatua, porque no era nacionalista. Y es que el plasta nacionalista posee dos características intrínsecas: es cobarde y es desagradecido. Muestra su matonismo cuando necesitan sus votos, o cree que no hay peligro de represalias. Pero jamás mostrará afecto por una mano tendida, por un favor, por una ayuda. Lo que hicieron con Samaranch es la muestra de lo despreciables que son. Españoles: bienvenidos a la rutina. Los plastas también han vuelto".

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