Luis del Val: "Alcaraz no necesita sondeos de Tezanos antes del partido"

Explica el profesor que "Alcaraz siempre parece que va a perder y luego se recupera"

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Luis del Val: "Alcaraz no necesita sondeos de Tezanos antes del partido"

Luis del Val

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Yo creía que lo más largo de este mundo era el último movimiento de algunas sinfonías de Beethoven, esos en los que, durante casi media docena de veces, sientes ganas de aplaudir, pero continúa. Luego, me percaté que algunas películas, como Oppenheimer, solo son aptas para mujeres de vejiga urinaria resistente y hombres sin problemas de próstata, a no ser que vayas al cine con pañales de incontinencia. Bueno, pues este fin de semana he comprobado que lo más largo que existe son los partidos de Alcaraz en las semifinales y en las finales, que no bajan de las cuatro horas, y eso, sin exagerar.

Cuando acaba uno de esos partidos, te sientes mucho más mayor, porque, además del paso de las manecillas del reloj, Alcaraz siempre parece que va a perder, y, luego, se recupera, y cuando crees que ya está el partido resuelto, hace una doble falta, y el corazón se te acelera, y parece que vas en una montaña rusa.

Así que hoy, cuando observo que todos los políticos están contentos, me imagino que se debe a que todos se sienten frustrados, y me acuerdo de Alcaraz, que no necesita sondeos de Tezanos antes del partido, ni dice que el juez de pista le tiene manía, ni anuncia que se va a al rincón de pensar, a ver si juega o no juega, porque han criticado a alguien de su familia; ni compra los juegos o los sets, como otros compran un puñado de votos, ni le echa la culpa al contrario de que es un peligro si gana, al revés, le respeta y, al final, le elogia, nada parecido a esos políticos, que ni siquiera tienen la cortesía de dedicar una llamada al ganador.

Me enterneció al hablar de su etapa de niño, cuando salía de la escuela y llegaba corriendo a casa para ver los partidos de Roland Garros, y comenzó a soñar con estar allí algún día, porque los sueños son siempre el principio de los viajes más largos. Y pensé que la vida sería más plácida, si las reglas fueran las mismas que en el tenis, si la sociedad la gobernaran personas con sentido de la responsabilidad, llegadas allí por sus méritos, y permanecieran por ellos, sin trucos, sin falacias y sin chalaneos.

Y que solo llegara a lo más alto los que lucharan con la limpieza y el pundonor con que lo hace Alcaraz.