Luis del Val: “Putin ordenó bombardear Kiev con esa frialdad con la que los psicópatas acreditan su condición”

Habla el profesor del cruel ataque de Rusia a un hospital infantil de Kiev

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Luis del Val condena el cruel atentado de Rusia contra un hospital infantil en Kiev

Luis del Val

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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPEen el devastador ataque de Rusia contra un hospital infantil de Kiev y la reacción de Yolanda Díaz:

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No era el hospital materno-infantil más grande de Ucrania, sino posiblemente de Europa, con 600 plazas para niños. Pero, claro, un pacífico ejército de médicos, ginecólogos, pediatras y enfermeros, dedicados a traer la vida y conservarla, pocos pueden hacer ante las órdenes de Putin, el Carnicero, que ordenó bombardear Kiev con esa frialdad con la que los psicópatas acreditan su condición.

Y, ayer, me asombró la entereza de Yolanda Díaz, que compareció sin huellas del profundo dolor que había experimentado, porque Yolanda Díaz se conmueve hasta lo más hondo, cuando se bombardea un hospital. No es el primer hospital que bombardea Putin, pero de esos primeros hospitales la comunista doña Yolanda no se enteró, por eso no expresó ninguna protesta.

Sí se enteró, cuando -tras el atentado terrorista de Hamás, que degolló niños, violó mujeres y causó más de mil muertes- Israel entró en guerra con Gaza, y ahí doña Yolanda, tomó la bandera en defensa de los hospitales, e incluso preparó un viaje a Palestina, que el ministro de Exteriores, Albares, prohibió, porque ya sabía que para recibir las felicitaciones de los asesinos terroristas de Hamás, y tensar las relaciones diplomáticas de España con Israel, se bastaban él y Pedro I, El Mentiroso, como así fue.

De ahí mi asombro, porque la comunista doña Yolanda, al saber lo del hospital infantil bombardeado por Putin, debió de pasar una jornada transida de dolor, sin ni siquiera tiempo para planchar, que, según sus propias declaraciones, le relaja mucho. Ni una palabra sobre el hospital.

Habló de su metedura de pata con el horario laboral, nacida de creer que un taller mecánico de seis empleados es lo mismo que Telefónica o el Banco Sabadell. Y constato mi admiración por esa entereza, ya que -en cuanto a bombardeos de hospitales- este es el más cruel, el más carnicero, el más repugnante. No me extrañaría nada que, la comunista doña Yolanda, diga que prepara un viaje a Ucrania, porque ese silencio, esa discreción en una persona tan escasamente discreta, podría interpretarse como que sólo le duelen los hospitales bombardeados, si en ellos se esconden terroristas de Hamás, y le importan una higa los de Ucrania. No. Algo dirá. Seguro. Una persona, tan sensible como parece, no puede ser una sectaria.

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