Un joven estadounidense trabaja en un bar, conoce a una chica y esta es la drástica decisión que toma por su actitud: "Destrozado"

No sé si han oído hablar de la serie “Mi reno de peluche” o “Bebé Reno”. Es una historia real. Cuenta lo que le sucedió a un hombre llamado Donny Don. 

Donny trabajaba en la barra de un bar y quería ser comediante, quería ser monologuista. Su vida cambia completamente cuando conoce a Martha Scott, una mujer vulnerable que empieza a acosar a Donny. Lo persigue por todas partes, no le deja respirar. 

Él descubre que Martha es una acosadora reincidente, con antecedentes penales y que estuvo en prisión por ello. La mujer le hace la vida imposible, la personal y la profesional y Donny, destrozado, tendrá que tomar una decisión.

Eso es lo que cuenta Bebé Reno. Y es una historia real. La de Richard Gadd, protagonista y narrador de la serie y también productor. Anoche, en la gala de los Emmy en Los Ángeles le otorgó seis galardones, entre ellos el de mejor interpretación masculina. 

Y ahí subió Richard Gadd, con su maravillosa falda escocesa para decirle al mundo que hubo un momento en su vida en el que pensaba que nunca iba a recuperarse, a ponerse de pie, a recomponerse. 

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Y que, sin embargo, ahí estaba, en una de las mejores galas de televisión del mundo. Gadd se dirigió a las personas que ahora lo están pasando mal para decirles que sigan adelante, que perseveren. Que nada dura para siempre y que las cosas siempre mejoran. Hay que seguir adelante.

Y ahora pillan Vds este discurso motivador y, si les parece bien, lo recuerdan de vez en cuando, sobre todo en las malas. Todo mejora. Al final, todo mejora. Y lo ha dicho un tipo que pensaba que nunca iba a mejorar.

Un anciano estadounidense pide un préstamo para cuidar a su mujer y se queda a cuadros por lo que le da la chica que le atiende

Esta historia, que también nos contó María José Navarro, se produce en Estados Unidos. En este caso, el protagonista se llama Donald. Puedes escuchar la historia íntegra aquí.

Donald tiene 90 años, pero sigue trabajando. Es un veterano de guerra, pero ha vuelto a trabajar. No por gusto, sino por necesidad. Hace unos días se acercó a un establecimiento donde obtiene algún préstamo cuando el sueldo le llega un poco tarde. 

Lo pide porque su mujer está enferma y ya sabemos que en Estados Unidos, cualquier cosa relacionada con la salud es carísima. Se acercó a la ventanilla y ahí estaba la chica con la que habitualmente negocia esos anticipos. Fue a devolver el último, 1.380 dólares, pero como no le llegaba, sacó unas pequeñas bolsas con algunas joyas diminutas.

Pero a Donald le esperaba una sorpresa. 

La chica de la ventanilla le entregó un sobre, como si fuera un regalo. Ella había mirado el DNI de Donald y sabía que este mes era su cumpleaños. Dentro del sobre había un cheque por valor de 1.300 dólares. 

Donald no solo recibió el dinero para pagar su último préstamo, sino que su historia, que se hizo viral, llegó a mucha gente. Tanta, como para recaudar 250.000 dólares para él. La justicia divina, la humana.