Una vecina de Catarroja acoge a voluntarios en plena DANA y no puede creer lo que hacen antes de marcharse
María José Navarro, en su 'Historia del Día', relata el gesto que tuvieron con esta anciana valenciana
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He estado mirando el precio de las lavadoras. 429 euros. 399 euros. Las de cinco kilos están por los 200, doscientos y pico. Para la labor que hacen están bien de precio, más o menos, pero lo que tenemos madre o padre jubilado sabemos que, ese arañazo, con la pensión, se nota bastante. Cambiar un electrodoméstico se lleva un bocao gordo.
A Elisa le han comprado una lavadora nueva. Se la ha comprado unos chicos que fueron a limpiar a Catarroja desde Galicia. Estuvieron de voluntarios durante muchos días y Elisa ofreció su lavadora para que pudieran quitar de sus ropas el lodo.
Y la lavadora empezó a fallar, porque el barro se seca y se mete en el tejido y es imposible de sacar. Así que, esa mujer de Catarroja, de Catarroja de toda la vida, se quedó sin lavadora. Pero esos voluntarios, antes de irse, le compraron una nueva.
Es más pequeña que la suya, pero es mejor. Y tiene botones, que es más fácil de usar. Y sobre todo, es mejor porque es un regalo.
No merecía menos Elisa, que tiene ya la casa como los chorros del oro, que se puede comer en el suelo, que se ha podido dar el tinte rojizo y adecentarse. Que no suelta la fregona, que tiene una bandera de Valencia en el balcón y la casa llena de fotos de sus hijos. Y que es menuda, pero que es muy grande a la vez.
Les hemos dicho que no nos vamos a olvidar de Valencia. Es que, con gente como Elisa, es imposible.
Montan una fábrica de cervezas en Massanassa, ayudan tras la DANA y no pueden creer lo que les dice un Policía por teléfono: "Le colgó"
Hay otra 'historia del día' en la que dimos voz a una gran iniciativa.
Guillermo Herrera e Irene Dorado estaban inmersos en su tesis doctoral sobre ecología microbiana en Granada, cuando a Irene le regalaron una máquina para hacer cerveza. Empezaron con ello como si fuera un entretenimiento y se dieron cuenta de que acabaron sacando 70 litros al día.
Se presentaron al proyecto Lanzadera de Juan Roig, consiguieron financiación y montaron su fábrica en Massanassa. Bar-Fábrica de Cervezas Alegría.
Intentaron ver que era lo que les había aportado la cerveza y disfrutaron muchísimo de todas las cervezas que habían hecho, de probar nuevas recetas, de encontrar nuevos ingredientes, nuevas variedades. Tienen una gente detrás que es maravillosa. Y, la cerveza, les trajo mucha alegría.
Y llegó la Dana aquel 29 de Octubre. Y Guille, en bicicleta, consiguió llegar a la fábrica por la vía de servicio desde su casa en Benifayó.
La primera vez que entró Guille en la fábrica, vio que solamente les entró un palmo de agua. Era cuestión de cambiar el suelo. Toda la maquinaria estaba funcional. Consideraron que lo primero era ayudar a sus amigos.
"dijo que iban a seguir ayudando pasara lo que pasara"
Todo derivó solo y, de repente, ya estaban haciendo acopio de comida para ayudar a los que más lo necesitaban tras el paso de la Dana.
Primero repartieron la comida que había en el bar. Luego hicieron una colecta y determinaron un punto de reparto. 2 Camiones, 5 furgonetas. Consiguieron fruta, verdura, carne fresca, almacén, economato, reparto a domicilio y durante 9 días, cocinaron 600 raciones de platos calientes.
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Les llamó el jefe de la Policía Local, porque le habían dicho desde el ayuntamiento que llenasen los almacenes y dejaran de suministrar a la gente.
Le colgó y a los cinco minutos le volvió a llamar. Y le dijo que iban a seguir ayudando pasara lo que pasara.
Ahora ya pueden empezar a pensar en ellos. Han apañado la fábrica, han vuelto a elaborar cerveza y han abierto el bar. Y hasta venden online una serie especial con las etiquetas Alerta global, Gracias voluntarios, esperanza y rebeldía.