Los 'fosforos’ cofrades: "Había muchas ganas para dar cada paso por cada alma perdida por la pandemia"
Dos años después, los pasos de Semana Santa vuelven a pasear por las calles de nuestro país y brotan sentimientos en cada una de sus esquinas
Publicado el - Actualizado
4 min lectura
1.000 días, dos años, han pasado desde que el coronavirus encerrara nuestras imágenes, palios, pasos en sus iglesias sin poder ser admiradas, veneradas… como solíamos hacer cada Semana Santaen nuestro país.
Una larga espera que, finalmente, este año, este 2022 ha visto su recompensa: la de volver a ver a nuestro Cristo y nuestra Virgen por las calles.
Un año en el que han vuelto a plancharse las túnicas, las puntas de los capirotes se adivinan a lo lejos, el olor a incienso en las calles, las luces de las velas y el chirrido de los neumáticos por la cera, las bandas vuelven a tocar sus instrumentos con las mejores de sus marchas, los costaleros alzan con sus gritos cada uno de los palios…
Un año en el que volvemos a sentir aquellas emociones perdidas. Un año en el que recuperamos nuestra tradición, nuestra fe, nuestra devoción. Un año de recuerdos por todos aquellos que se fueron.
Y, por eso, este Lunes Santo queremos que los ‘fósforos’ de 'Herrera en COPE' nos hablen de este reencuentro con la Semana Santa, con sus procesiones….
Lola, asegura que esta Semana “hemos recuperado nuestras raíces”. Aunque asegura que ayer sufrió un poco porque vi a mucha gente sin mascarilla en la calle y no entiendo que la gente la lleve en los transporte públicos nos las lleva pero ayer nadie, en la bulla nadie lo lleva. “El bicho está aquí”, recuerda Lola. Además, nos cuenta el año en el que la Hermandad de la Fe de Sevilla, de la que su madre era devota de la Virgen de Consolación, y cuando murió su madre el capataz le dedicó la chicotá a mi madre Carmen: “aquello fue impresionante, precioso y alivió el dolor que llevaba”
Miguel Ángel es de Granada, costalero, y confiesa que esta Semana Santa ha recuperado la emoción “de sentir el palo, como caen los kilos cuando oyes el racheo de los pies”. Sale con varias Hermandades: la Virgen de la Victoria y la Santa Cena, El Rescate, los Salesianos… Eso sí, también la está viviendo con “la pena de que nos falta gente debajo por la maldita pandemia y otras enfermedades”. Sin embargo, para Miguel Ángel esta es una Semana Santa especial porque por fin su hijo le acompaña bajo el palio. El consejo que le dio este fósforo a su hijo fue “tienes el privilegio de llevar a la novia del Realejo sobre tu cabeza, déjate llevar, cierra los ojos, suéñalo, vívelo, siéntelo”.
Ángel es cofrade de la Macarena desde 1960 y del Cristo de Medinaceli desde 1958. Nos cuenta que es de cuatro cofradías, peor solo sale en estas dos. “Ya he visto dos procesiones y el corazón se me sale”, confiesa este fósforo.
José nos dice que es “cofrade durante todo el año” y pertnece a la Hermandad de Medinaceli y María Auxiliadora. Yo vivo esto durante todo el año. Especialmente desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Resurrección es algo impresionante porque yo le dedico a Dios esos 40 días, igual que a mi familia, para ir de vacaciones. Yo me puedo ir de vacaciones porque Dios quiere que me vaya de vacaciones y siempre se los agradezco a Dios.
Nunci nos habla de la Semana Santa de Astorga que ya empezó el viernes por la noche con el vía crucis de las Damas de la Piedad, por la muralla. El Domingo de Ramos, la procesión de la Borriquilla y por la tarde la Virgen de los Dolores. Y el Viernes Santo que empieza a las 7:30 de la mañana la procesión de ‘El Encuentro’ en la Plaza Mayor.
Eloy, nos habla de la Semana santa de Cáceres, “la ciudad estaba a reventar”. “Han sido muchos sentimientos encontrados porque faltaba mucha gente debajo de los pasos”. “Había muchas ganas para dar cada paso por cada alma que tenía que haber subido al cielo por la pandemia, y allí estuvimos todos los cofrades”.
Ángel nos habla de la Semana Santa de Galicia, “estamos saliendo con muchas ganas este año después de dos años sin salir, y con mucha gente que quedó en el camino durante este tiempo”.
Anselmo, desde Zaragoza. Lleva 40 años saliendo con la Cofradía del Prendimiento, “que son Los Escolapios de toda la vida”, dice. “Una vez que te pones el capirote, coges la corneta y te pones a tocar solo te vienen los recuerdos de los demás, pero la emoción es seguir adelante”. Eso sí, critica Anselmo que “últimamente veo que esto es cada vez más turismo que vocación”.
José Luis, lleva saliendo de procesión 48 años y confiesa que “siempre me acuerdo de mi madre porque ella era la que me vestía. Y ponerme la túnica es como volver a recobrar un abrazo de ella. La Semana Santa no es solo vestirse de nazareno, es recordar parte de tu vida, y eso se ha echado menos estos años”.