"El niño tenía un empacho que no había quien lo aguantara"

Rosa se ha tenido que enfrentar en varias ocasiones a ser sincera con sus amigas y compañeros de trabajo con un tema tan delicado como el de la limpieza corporal, "le tuve que decir a una de mis mejores amigas que no servía de nada la ducha si se ponía la misma ropa porque había momentos que era un olor tan fuerte como a cebolla; a un compañero de trabajo que le olían los pies le compré a un compañero calcetines de algodón y una crema".

Hay formas y formas de decir las cosas y el marido de Lola utilizó los canticos del fútbol para decirle a un niño que no se tirara más peillos, "fue en un partido del Betis y delante teníamos a un señor con un sobrinito que no se enteraba de qué cantaban los de los fondos". Lola se lo iba explicando hasta que les empezó a llegar a Lola y su marido un olor apestoso "el niño tenía un empacho que no había quién lo aguantara" y el marido de Lola le tuvo que cantar: ¡qué no se pean, qué no se pean los niños... !.

¿Ha tenido que decir a un amigo o compañero de trabajo que huele mal? Escucha aquí 'La hora de los fósforos'