Una oyente revela el gesto que hace su vecino cada vez que llega a casa: “No me dejaba”
Esta oyente ha contado en 'Herrera en COPE' lo pesado que era de uno de sus vecinos con los que compartía rellano y lo que hacía cada vez que escuchaba el sonido del ascensor
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Te paran en medio de la calle para preguntarte por toda tu familia y ya te puedes olvidar de llegar a tiempo a esa cita que tenías. O son también esos que miras quién es en la pantalla del móvil y te echas a temblar porque solo hay dos opciones: ignorarlo y no contestar, o descolgar y aguantar la turra de media hora por lo menos. Este viernes 'La hora de los fósforos' ha querido hacer su particular homenaje a todos esos plastas, que ya sea por teléfono o de manera presencial, es prácticamente imposible deshacerse de ellos.
Tal es el caso de Raquel, que durante sus años de universidad tuvo que aguantar a su particular pelma, que para colmo, vivía puerta con puerta con ella. Escucha lo que hacía su vecino cada vez que ella llegaba a casa en el siguiente audio.
Los coches pueden ser un espacio bastante proclive para que un plasta no pare de hablar en todo el viaje. Aunque vayas conduciendo o aunque estés llegando a tu destino, les da lo mismo. Eso precisamente fue lo que le pasó a Eduardo. Tiene dos compañeros de trabajo bastante pelmas, dice, pero uno “se lleva el campeonato”. Una vez en un viaje entre Córdoba y Granada le sonó el teléfono y máldito el momento en que se le ocurrió contestar. “Me llamó para comentarme un cambio de trabajo y el viaje fue entretenido”, cuenta Eduardo. No paró de hablar en todo el trayecto y ya cuando llegó a su destino le tuvo que cortar. Algo que también pasa a veces en los trenes o autobuses, que el pasajero de al lado aburrido te coja por banda y no pare de hablar hasta que no te queda más remedio que bajarte.
Plastas de categoría “peligrosa”
“Si es peligroso que una persona hable mucho, imagínate a las tres de la mañana en una fábrica sin nada que hacer. Eso es tremendo”, ha comentado José Antonio por su parte. Trabajaba en seguridad haciendo inspecciones de servicio y había un compañero un tanto pesado. “Yo he llegado a un servicio a las 10 de la noche y me ha llamado mi mujer a las 12 y media diciendo si había tenido un accidente o algo”. Vamos, que este señor parece el típico que va detrás de ti y tú andando hacia el coche para marcharte, pero “va empalmando temas y no te deja”.
En el ámbito laboral parece que es frecuente encontrar este tipo de personajes, aunque con distintos matices. José Carlos conoció a un plasta “de categoría peligrosa”. Era gerente de una empresa de jamones y embutidos ibéricos en la que este fósforo trabajó. Se tiraba el pisto hablando de su trayectoria profesional. “Venía con referencias de otras cuatro empresas y que todo había ido genial”. Cuando llegó a la de José Carlos se vino arriba y decía que la iba a convertir en una multinacional y que empezarían a vender productos a China, Japón o Estados Unidos. “Una empresa que apenas tenía dos años de antigüedad, que eran cooperativistas, no estaban muy metidos en el mundo”, detalla José Carlos. Resultó que realmente esas cuatro empresas por las que supuestamente llegaba recomendado, las arruinó. “La nuestra fue la quinta dejando un pufo de 15 de millones de euros”.
Escucha estas y otras anécdotas de los oyentes con plasta en el siguiente audio.
Los regalos más indignantes recibidos por los 'fósforos'
Aparte de los plastas, otra cosa que suele molestar a menudo son las personas que no aciertan mucho con los regalos que hacen. Los fósforos han tenido ya alguna ocasión para deshagosarse con Carlos Herrera y contar cuáles han sido los regalos más indignantes que han recibido, como puedes ver en el siguiente vídeo.