Herrera destapa la trampa que Sánchez ha preparado para su reunión con Vox

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Señoras, señores. Me alegro, buenos días.

Ya es jueves 12 de diciembre. Es tiempo navideño, es tiempo de hasta pregones de Navidad. Ayer en el Lope de Vega Pascual González dio un pregón lleno de emoción. ¡Tanta emoción, tan hermoso pregón de la cabalgata de Reyes Magos que yo les invito a que lo busque en la red! Pascual González sufrió una operación que acabó con sus cuerdas vocales pero como él dice "El pregón con el dedito en el cuello' y con su habilidad para hablar resultó conmovedor. Es el gran pregonero de la Semana Santa de Sevilla que se le escapó al Consejo de Cofradías y Hermandades.

Bueno, Sánchez ya es candidato. ¡Qué alivio, notará usted! ¿Esto cambia algo las cosas? Ahora tiene que buscarse la vida para conseguir los votos necesarios y ser investido presidente del Gobierno. Este es especialista en fracasos. Y la investidura a la que se enfrenta es una investidura incierta. Porque tiene los votos de Podemos y de algunos grupos más, pero le falta algo más. ¿Quién tiene esos votos? ERC. Eso porque Sánchez ha querido evitar mirar a la otra mitad del hemiciclo. Y ahora hemos pasado de no hablar con nadie, de no aparecer en los medios, de ser el hombre perdido... a querer hablar con todos. El problema está en que quiero hablar incluso con los que no han querido hablar con el Rey. Con los que quieren derribar la monarquía. Con aquellos que están ahora mismo en la cárcel por haber dado un golpe de Estado, por mucho que la pastosa redacción de la sentencia dijera que sólo era producto de la fantasía de sus cabezas. Por cierto, los presos estarán en casa dentro de poco tiempo porque lo han organizado para que eso sea así.

¿Qué le ha dicho ERC a Sánchez? Que hable con Torra. ¿Y qué se le ha ocurrido a Sánchez para disimular esa llamada? Llamar a todos los presidentes autonómicos. Les llamará para felicitarles la Navidad y con Torra para hablar ya veremos de qué. Es una manera de camuflar esa llamada. Sánchez no cuenta nada de las negociaciones con ERC, de las que depende su vida política. Pero de lo que le pase a Sánchez a los demás nos importa muy poco. Lo importante es lo que nos pase a nosotros. Y nuestro bienestar también depende de esas reuniones con ERC. La primera concesión que está haciendo Sánchez es asumir el lenguaje del independentismo. Es el primer paso que se da ante una serie de cuestiones que las iremos conociendo cuando a lo mejor ya no haya más remedio.

Sánchez fue el más votado en las elecciones con un discurso sobre Cataluña muy concreto. El contrario de lo que está haciendo ahora. Y habría que preocuparse por la legitimidad de esa acción. Ganó las elecciones diciendo que nada de referéndum, de TV3, que había que controlar la Educación, nada de verse con quienes quieren acabar con el país tal y como lo conocemos... Ahora está haciendo todo lo contrario. Aunque no sorprenderá a nadie porque conocemos de largo al personaje.

Primero camuflamos la llamada de Torra y luego nos reunimos con todos los partidos. Incluido Vox. ¿Pero no era que con la extrema derecha no queríamos reunirnos? Ya, pero es que se tiene que sentar con Bildu. Y entonces la única manera de sentarse con Bildu sin que se le reproche nada es sentarse con Vox. Y ahora y no cuela eso de la extrema derecha o de ese Bildu de quien dijo "que teníamos algunas diferencias en el pasado'. Eso lo dijo Sánchez en sede parlamentaria. 'Diferencias en el pasado' tienen nombres propios de los socialistas asesinados por ETA. 

Y luego el lunes también se verá con Casado y Arrimadas porque así viste el muñeco. No una reunión a tres bandas. Primero ve a uno y luego ve al otro.  El acuerdo PSOE-PP-Ciudadanos que despejase un poco las preocupaciones que pueda dejar un gobierno social-comunista apoyado por ERC no sirve para nada. Eso, en campaña, a lo mejor podía medio imaginarse cuando este individuo decía que él, como el 95% de los españoles, no podría dormir después de formar un gobierno con Podemos. A él ahora no le preocupa que al 95% de los españoles le quite el sueño ese Gobierno. Ahora está encantado.

Sánchez ha pasado de no querer hablar con nadie a querer hablar literalmente con todos. Tranquilidad porque el reloj de la investidura no se ha puesto en marcha. Todavía queda para eso. Esta cosa mosquea a la oposición y a barones socialistas como Page que ha hablado de no querer vaselina como regalo de los Reyes Magos. Con eso, García-Page limpia un poco - no su conciencia, que la tiene muy tranaquila - el hecho de que alguno pueda recriminarle no quejarse de que su jefe esté haciendo esas barrabasadas. De esa manera, él lo ha dicho. Aunque no vaya a pasar de ahí. Es un poco para su propia parroquia. Susana Díaz, por cierto, que era la que más decía siempre, callada como una puerta. Bastantes problemas en Andalucía tienen Susana Díaz y el PSOE. 

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