El primer sonido del día de HERRERA EN COPE

"No es por desanimar a su Majestad el Rey, pero que los partidos políticos relajen un poco el ambiente va a estar bastante complicado"

Sergio Barbosa repasa los principales titulares en el primer sonido del día que marcarán la actualidad de este viernes 27 de diciembre de 2024

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Son las seis, las cinco en Canarias. 

¿Qué tal? Buenos días. ¿Cómo estamos? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible Herrera en Cope, en este viernes 27 de diciembre de 2024. Desde hace unos días hemos entrado ya en esa cuenta atrás, en la que cada cosa que hacemos es posiblemente la última vez que la hacemos este año.

Sin ir más lejos, este va a ser el último viernes y el último fin de semana de 2024. Así que ya ven, 52 fines de semana después, 2024 en fila ya la puerta de salida. ¿Y qué sería de la vida, eh? Si los fines de semana, ¿verdad? Sin esos recodos en los que la mayoría coge un poco de oxígeno para afrontar una nueva semana, a no ser que trabajes precisamente sábados y domingos, que a mí me ha tocado alguna vez, que entonces la vida, bueno, te funciona un poco al revés.

Pero vamos, que para la mayoría, esta es la última vez que en 2024 decimos eso de por fines viernes, por más que Herrera diga que no le gusta los viernes y esto y lo otro, que yo, por cierto, llevo ya un tiempo trabajando con él y todavía no sé si creérmelo o no, eso de que no le gusta los viernes y le gusta mucho los lunes.

Pero bueno, a todo esto, parece que se confirma eso de que de aquí a finales de año no se esperan lluvias demasiado relevantes. Luego hablaremos con Maldonado para que nos dibuje la previsión del tiempo de los próximos días, pero de momento lo que nos espera hoy es un tiempo anticiclónico, que se traduce en cielos despejados. Si acaso algún chubasco disperso en la costa de la Comunidad Valenciana y el mar de Alborán y nieblas matinales en las mesetas, lugo, huesca y lérida, las temperaturas tienden a bajar, salvo los pirineos donde se recuperan un poco.

Bueno, que estemos ya enfilando las uvas y que estas fechas inviten a funcionar un poco a medio gas, no quita para que sigan pasando cosas. Por ejemplo, ya han pasado las primeras horas desde la colleja o el coscorrón que el rey le dio a la clase política en su discurso de Navidad.

Y después de las primeras declaraciones de contrición de PSOE y PP, en la línea de, uy, qué razón tiene el rey, hace falta más serenidad en el debate público, la verdad que sí, el caso es que, como cabía esperar, la burra ha vuelto un poco al trigo y lo ha hecho en forma de declaraciones campanudas. Oscar Puente, por ejemplo, ya ha acusado al PP de llevarse por delante nada menos que la normalidad democrática de nuestro país.

Es decir, para el ministro de Transporte, así en general, España no es una democracia normal por culpa de la oposición que hace el Partido Popular. Ya saben, eso del tornado de crispación. Es más, Puente se ha anudado el pañuelo a la cabeza y ha echado las cartas para pronosticar, incluso que el PP estará los próximos siete años sin gobernar, siete años, ni uno más, ni uno menos. Es decir, que da por hecho que Sánchez, aguantará toda esta legislatura y una más, tras pasar por las urnas, supuestamente, en 2027.

Y es curioso, porque hablando de normalidad democrática, parece que al PSOE le ha dado estas navidades por reflexionar mucho sobre ese concepto. Y ahí es donde la secretaria de Política Económica del PSOE, Emma López, nos ha sorprendido con un concepto de la normalidad bastante laxo.

Dice que eso de que el presidente del gobierno se disponga a desplazarse a Bruselas para pedir la bendición de un tipo como Puigdemont, que dio un golpe contra la Constitución y que a día de hoy sigue siendo un delincuente huido de la justicia, que eso para ella, pues, entra dentro de la normalidad.

Son de tender puentes menos con la derecha, con la derecha son más de levantar muros. Pero bueno, a ver, no es por desanimar a su Majestad el Rey, pero que los partidos políticos relajen un poco el ambiente va a estar bastante complicado.

Primero, porque hay cosas que claman al cielo, como esto de homologar a un golpista fugado, como si tal cosa, mientras al mismo tiempo, el PSOE a la mitad de los españoles les quiere hacer un cordón sanitario, porque según él son muy fachas.

Que en eso, por cierto, el PP sigue teniendo también un problema de definición, porque se sigue moviendo en esa delgada línea en la que se alegra de llegar a acuerdos puntuales aquí en el Congreso, con el partido de Puigdemont, mientras se escandaliza al ver a Sánchez homologar al fugado en Bruselas.

Ayer, mismamente, dio la sensación de que la Dirección Nacional del PP volvía a elevar el tono contra Puigdemont, acusando a Sánchez de estar dispuesto a bailar una Jota si se lo pide el fugado, pocos días después de que los populares se mostraran orgullosos de haber tumbado de la mano de Puigdemont el impuesto de las energéticas.

Y a buen seguro, el PSOE va a seguir urgando en esa contradicción. La cuestión es que, como decíamos, va a ser muy difícil que los partidos hagan caso al rey. Primero, por este tipo de disputas tan enconadas, véase Puigdemont o véase el asunto de la inmigración.

Ayer también provocó otro choque entre socialistas y populares con el PP acusando a Moncloa de no asistir a Canarias con la llegada de inmigración. porque en el fondo lo que busca es que se rompa el gobierno canario de Coalición. 700 inmigrantes han llegado en las últimas 48 horas.

Y segundo, porque hay cuestiones de la polémica diaria que ya son más que polémicas políticas. Para Sánchez y para Ayuso, por ejemplo, algunos de los asuntos judiciales que están abiertos se han convertido literalmente en algo personal, en algo que afecta a sus propias familias. Y así es muy difícil que 2025 nos vaya a dejar una contienda política menos atronadora, que diría el rey. De hecho, Ayuso, en su balance de 2024 y su pronóstico de 2025, ha vuelto a sacar la artillería pesada contra Moncloa.

Ayuso tiene un problema personal con Sánchez y muchos pensarán que tampoco es para menos, teniendo en cuenta el caso de la filtración de los datos fiscales de su novio, que mantiene imputado al fiscal general del Estado. El fiscal de Sánchez, según el propio Sánchez. Un caso que, según un informe de la UCO, apunta a una coordinación entre la Fiscalía y Moncloa para la filtración de esos datos confidenciales a diversos medios de comunicación cercanos al gobierno.

Ese presunto mamoneo que parece que hubo en Moncloa, con demasiada gente manejando un informe sobre los problemas fiscales de un ciudadano particular que no debería haber salido de la Fiscalía, es uno de los ramales de este asunto. Y habrá que ver cómo termina porque de momento a dos secretarios de Estado de Comunicación les han entrado unas ganas tremendas de dejar su cargo. De hecho, como saben, dos han renunciado en tan solo 20 días.

Pero luego está el otro ramal de este caso, sobre el que ha habido novedades en las últimas horas. Que fue la tensión interna que se vivió en la propia Fiscalía debido a los movimientos para publicar la nota de prensa en la que también se pretendía desvelar la información confidencial.

Ya saben, el fiscal general del Estado y sus cargos de mayor obediencia queriendo publicar la nota para negar que la Fiscalía hubiera ofrecido un acuerdo al novio de Ayuso y asegurar que era al revés, que era el novio de Ayuso el que se habría a un posible acuerdo.

Y de forma paralela a esa serie de fiscales que estaban a lo que mandara García Ortiz, había otros fiscales intentando hacer ver que cómo iba la Fiscalía a publicar una nota en la que se podía cometer un delito de revelación de secretos o fiscales que se vieron presionados para que facilitaran ese correo electrónico con el que elaborar la polémica nota.

Bueno, pues la novedad está en que el Tribunal Supremo ha citado a declarar el próximo 16 de enero como testigos a la Fiscal Superior de Madrid, Almudena Lastra y al Fiscal de Delitos Económicos, Julián Salto. Lastra es la fiscal que se negó a publicar la nota alegando que eso podía ser un delito y ahora el Supremo quiere volver a escuchar su versión y valorar su ofrecimiento para que se revisen sus comunicaciones.

A Lastra, recordemos, la llegaron a presionar, con mensajes del tipo, es imperativo sacar la nota o nos van a ganar el relato, como si la fiscalía fuera un político tratando de ganar el dichoso relato. Y el señor Salto es el fiscal al que le llegó el famoso mail del abogado del novio de Ayuso en el que, como en tantos casos de este tipo, se exploraba la posibilidad de llegar a un acuerdo con la fiscalía.

Bueno, pues a Salto, García Ortiz, o el entorno de García Ortiz, le sacó literalmente de un partido de Champions, que estaba al hombre allí viendo a su Atleti, para que fuera corriendo a remitir el correo de marras, porque la cúpula fiscal estaba como loca por tener ese correo en su poder.

Y curiosamente el correo acabó en el Gmail particular del Fiscal General del Estado. Bueno, pues como decimos, ahora el juez del Supremo quiere escuchar a esos dos fiscales que se vieron envueltos en las presiones y las prisas, por publicar la nota con datos confidenciales. Les quiere escuchar a ellos y a los responsables de comunicación de la Fiscalía de Madrid y la Fiscalía General.

Antes de que el propio García Ortiz y la Fiscal Provincial de Madrid, deban declarar como imputados. Ya saben, Don Alvarone y Leidy Cianuro, la que bromeó con poner veneno a la nota de prensa y el gran jefe de todo, que acabó borrando las conversaciones de su móvil, justo en los días clave de la filtración.

Y por si esto fuera poco y por si no hubieran sucedido ya bastantes casualidades, como eso de que a García Ortiz le diera por cambiar de móvil y borrar mensajes muy concretos, dice que por seguridad, ahora resulta que ha habido más miembros de la cúpula fiscal que han cambiado de móvil recientemente.

De hecho, como publica El Debate, el número 2 de la Secretaría Técnica, Diego Villafañe y la jefa de inspección fiscal, María Antonia Sanz Gaite, según fuentes de la investigación, habrían cambiado presuntamente de número de teléfono tras el registro del despacho de García Ortiz.

Aquí como en todo, hay que respetar la presunción de inocencia y dejar abierto una puerta a las casualidades que a veces haberlas aislas. Pero hombre, con todos estos elementos encima de la mesa, que nadie se enfade si los jueces investigan y que esa simple investigación no les sirva a discusa al gobierno para incrementar aún más la atronadora contienda política.

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