Duerme la siesta con su padre y recuerda, décadas después, lo que hizo mientras descansaba; lo mejor del año

Como cada verano, en 'Herrera en COPE' hacemos un repaso de los mejores temas de la temporada

Duerme la siesta con su padre y recuerda, décadas después, lo que hizo mientras descansaba

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Como cada verano, en 'Herrera en COPE' hacemos un repaso de los mejores temas de la temporada. Los que más han dado que hablar en redes sociales e incluso los que nos han dejado marcados por lo que significan. Hace unos meses, y como es habitual en la hora de los 'fósforos', conocimos historias que pueden sacarnos más de una sonrisa. En este caso quisimos preguntarles si en qué habían sido precoces o qué habían hecho antes de tiempo.

Lucía explicó, al comienzo de su intervención, que tiene un nieto que ha hecho una página web. Con ocho años. "Es un niño inteligente y le gustan mucho este tipo de cosas. Y él solo. Sin ayuda de nadie. La web es del colegio. De matemáticas, lenguaje, naturales, etcétera. Los profesores están encantados con él", relató en los micrófonos de 'Herrera en COPE'.

Rafael, inmediatamente después, contó su historia. La protagonizaba su sobrino. Con 13 años le dio por escribir y envió un escrito a un editorial pensando que no iba a llegar muy lejos. Pero se equivocaba porque les parecía interesante el libro. Finalmente, lo publicó. Se llama 'A través de reflejo'. Ahora está en proyecto con otro y es músico.

Duerme la siesta con su padre y recuerda, décadas después, lo que hizo mientras descansaba

Otra 'fósfora', llamada Adela, contó que se crio con sus abuelos. Su abuelo era Guardia Civil y, cuando tenía 3 años, él le había enseñado a sumar, restar, dividir y multiplicar. Y, con cinco años, escribía. Su mérito era el suyo.

"La profesora le decía que quería hablar con nosotros porque no era normal"

¿Y en qué había sido precoz Alejandro? Respondió este 'fósforo' que estaba aprendiendo árabe. Así como anécdota. Además, respondió a la cuestión recordando que, después de comer, siempre dormía la siesta cuando era niño. Vivían en Triana, un barrio sevillano. Su padre siempre dejaba el coche en doble fila y, un día, en plena siesta le cogió las llaves para llevar el mismo el vehículo. "A veces daba una vuelta a la manzana y me acercaba a calles alejadas. Con 13 años. Pensaba en qué chulo estaba el coche de mi padre".

Triana

Mari Carmen indicó que tiene dos hijos. A su pequeño, de seis años, le gustaba dibujar. "Él hacía sus colores, sus dibujitos, todo muy bien. La profesora le decía que quería hablar con nosotros porque no era normal. Él les decía que nosotros no sabemos". Un día, fueron. Y le tuvimos que decir a ella que efectivamente ellos no hacían nada. Y, hoy por hoy, ese niño tiene su carrera de diseño de interiorismo. Así, ha exprimido su potencial.

Manuela tiene un niño, ahora mayor, al que le encantaba ir al colegio. El primer día de un curso, le picó una abeja en el brazo. Y no dijo nada. No quería que la profesora le mandase a casa.

Laura, por otro lado, llamó desde Sevilla. Tiene tres hijos. Uno de ellos tiene déficit de atención. Y él había sido muy crack siempre en todo. A los dos años, los Reyes Magos le trajeron una bicicleta. Y no le cuadró. "Me vi la bicicleta desmontada y él la volvió a montar. Con dos años y medio. Con nueve meses no andaba, corría".

Por último, charlamos también con Adriana. Una oyente que indicó que tiene un nieto. Desde un añito, hablaba perfectamente y se sabía todos los modelos de todos los vehículos. Y eso, claro, pues llamaba mucho la atención.

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