La novia de uno de los guardias civiles de Alsasua: 'La presión te hace dudar de si eres víctima o agresora'
La joven denuncia en 'Herrera en COPE' el abandono que ha sufrido por parte del gobierno navarro y de los colectivos de mujeres
Madrid - Publicado el - Actualizado
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María José, novia del Teniente de la Guardia Civil agredido junto a otro compañero y su pareja en un bar de Alsasua en 2016, ha relatado este martes en 'Herrera en COPE' el infierno que vive en el pueblo en el que ella ha vivido desde los tres años después de la brutal agresión que sufrieron.
María José reconoce que no le gusta hablar mucho de lo que pasó aquella noche - "es algo que no se olvida" - pero sí admite que llegó a pensar que los agresores iban a matar a su novio Óscar si seguían pateándole "con esa saña". Pronto comenzó a sentir las presiones y el rechazo de la gente del pueblo. "Yo estuve dos días en el hospital junto a Óscar y lo primero lo fui conociendo a través de las redes sociales. Desde el minuto uno se sucedieron las manifestaciones ilegales, las reacciones en contra de la Guardia Civil... No fue a raíz de que se procesara todo este caso esto por terrorismo. Fue mucho antes", ha denunciado.
La mujer reconoce que se siente perseguida en Alsasua. "No puedo salir a la calle tranquilamente. Sientes que te odian, que no te quieren aquí, no te creen y te juzgan. Te llegas a confundir: no sabes si eres la víctima o la agresora", dice. Hasta sus amigos de siempre le han dado la espalda. "Supongo que puede más el querer ser aceptado que conservar una amistad. Pero no lo llevo bien, porque son personas con los que he estado desde los tres años".
María José ya casi no sale por Alsasua porque nota las miradas amenazantes, los murmullos a sus espaldas. Y pancartas con mensajes como "El pueblo no perdona" que colgaron delante de su casa. Sus padres también han sido presionados: "Antes del juicio se les acercó un hombre para pedirles que yo no dijese los nombres de los acusados y que así acabaría todo. Y que si no lo hacía, pues como que seguirían las presiones. Lo pasé muy mal en ese momento porque no sabía qué hacer. Al final decidí que la verdad siempre sale adelante. Por eso me voy a quedar tranquila. La verdad está de mi parte". La mujer quiere ahora sacar a sus padres de Alsasua y "rehacer" su vida en otro lugar.
El juicio también fue muy duro para ella. "Tuve que pedirle a uno de los abogados de los acusados que no me hablara con tanta agresividad y que no me faltara el respeto. Me sentí atacada y vulnerable". María José ha reconocido que no ha recibido ningún apoyo del gobierno navarro o de los colectivos de defensa de la mujer. "Es algo que me ha dolido", admite. "Siempre hay que dar amparo a las víctimas, nunca hay que dejarlas solas ni desacreditarlas. No se le debería dejar sola sin un solo apoyo".
Año y medio después de la agresión, las pesadillas por las noches no se desvanecen y la presión sigue siendo insostenible. Pero María José intenta mirar hacia adelante. "Me considero una persona fuerte que ha podido superar el abandono de sus amigos y de todo su pueblo", ha sentenciado.