Radiales, mazas y tensión con la Policía: la familia Franco describe "el duro momento" de la exhumación
El abogado de la familia señala en "Herrera en COPE" que hubo más de una hora de mazazos y rotura de mármoles para extraer el féretro
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los restos de Francisco Franco descansan ya junto a su mujer, Carmen Polo, en el cementerio de El Pardo- Mingorrubio. Sin honores y en una ceremonia sobria el cuerpo embalsamado de Franco abandonaba ayer el Valle de los Caídos después de 44 años. La familia no ha dudado en tachar este traslado de un intento de búsqueda de propaganda y rédito electoral de Pedro Sánchez. La exhumación era un objetivo que se marcó el presidente en funciones nada más llegar a Moncloa.
En una entrevista este viernes en “Herrera en COPE”, el abogado de la familia Franco ha asegurado que lo que vivieron ayer en el Valle de los Caídos fue “un circo mediático". El Gobierno fue el que eligió que imágenes se grababan y qué se podía reproducir, porque la familia no tenía ningún inconveniente en que se pudiera grabar lo que estaba pasando dentro de la Basílica”. Luis Felipe Utrera Molina insiste en que “lo que había allí no era una momia, era su abuelo. Estaban rotos. Nadie puede imaginarse lo que era el ruido de las radiales, de las mazas destrozando los mármoles para extraer el cuerpo. Había que estar en el silencio de la basílica para darse cuenta de lo duro que era eso”.
El abogado de la familia de Franco apunta que, durante la exhumación, se planteó abrir la caja, deteriorada por la humedad y por el paso de los años. Sin embargo, los nietos decidieron que no fuera así. El ataúd finalmente era portado hasta el exterior por sus familiares “aunque no permitieron que se cubriera con la bandera de España”, explica el abogado.
Utrera Molina también ha criticado el trato que el Gobierno ha dado a la familia Franco por encerrarles en la cripta de Mingorrubio por creer que habían grabado la inhumación. Fue Francis Franco, el nieto del dictador, el que era interrogado por la policía para comprobar que no habían filmado la ceremonia. Una actuación que Luis Felipe Utrera ha tildado de “lamentable, vejatoria y ridícula”. Considera que la situación “era más propia de Venezuela que de España". "Si alguien hubiera querido grabar el entierro de su abuelo estaba en todo su derecho, las órdenes carecían de cualquier apoyo legal”, ha concluido.