La triboluminiscencia y otros fenómenos que acompañan a los terremotos

Pero no es el único fenómeno de la naturaleza o señal que nos ayuda a intuir que un movimiento sísmico está a punto de producirse.

"Esto de las luces de los terremotos no es nuevo, pero hasta hace poco se creía que era cosa de los amantes del misterio, de los que veían ovnis por todas partes" explica Javier Sierra, " pero la comunidad científica se ha dado cuenta que no ocurre siempre, pero sí cuando va a haber un terremoto de gran intensidad como el de México".

Horas antes del terremoto del jueves 7 de septiembre hubo ciudadanos que empezaron a grabar lo que parecían relámpagos a ras de tierra, "llamó la atención porque no había nubes para que fuera a haber tormenta. En otras partes aparecieron como esferas luminosas a ras de suelo. Esto va a llevar a los científicos a tomarse esto más en serio porque puede ayudar a predecir los terremotos".

Recuerda Javier Sierra que "en mayor de 1960 en Chile, un terremoto que alcanzó una intensidad de 9,5º sobre 10, el de mayor intensidad registrado y que se cobró miles de víctimas y más de dos millones afectadas, ya se vieron estas luces y se produjeron interferencias muy grandes en las señales de radio". Por ello "hay que ver si estas señales no sirven para prevenir, pronosticar y prepararnos para un impacto de esta envergadura".

Las partículas presentes en la corteza terrestre que "generan efectos tanto eléctricos como electromagnéticos. Las rocas de la corteza terrestre tienden a tener ciertas imperfecciones y al ser sometidas a esta fricción sueltan electrones o cargas eléctricas. Estos electrones cargados de "energía cinética" tienden a buscar alguna salida, por lo que, para ello, salen al contacto con la atmósfera.

Estos choques pueden producir alucinaciones a personas cercanas al epicentro del terremoto. "Y no es el único fenómeno extraño, en zonas rurales se evita el peligro porque la  gente abanconan sus casas cuando ven comportamientos raros en los animales que son capaces de detectar esos movimientos muchas horas antes como ocurrió en la Navidad de 2004 en el tsunami de Sumatra. Allí los elefantes comenzaron a barritar horas antes de que llegara la ola" recuerda Javier Sierra.