Por qué es importante el discurso del vicepresidente de EE. UU., J.D. Vance, en la Conferencia de Seguridad de Múnich
José Antonio Zarzalejos analiza sus palabras en su 'Sexto Sentido' en 'Herrera en COPE'

Publicado el
3 min lectura
El discurso de J.D. Vance el pasado viernes en la Conferencia de Seguridad de Múnich ha encumbrado al protagonismo a una figura política casi siempre secundaria de la política norteamericana: el vicepresidente. La sorpresa fue, desde luego, el contenido del discurso, pero también la manera directa, sin concesiones, de pronunciarlo.
José Antonio Zarzalejos analiza este lunes estas palabras en su 'Sexto Sentido' en 'Herrera en COPE'.
"No es excesivo afirmar que los europeos han descubierto al que podría ser el sucesor de Trump en el Partido Republicano. James David Vance tiene 40 años, es uno de los tres vicepresidentes más jóvenes en la historia de Estados Unidos. Es abogado y ha sido senador por el Estado de Ohio. Su infancia y juventud fue aterradora. Él la ha contado en un relato de mucho éxito.
Se titula “Hillbilly, una elegía rural. Memorias de una familia y una cultura en crisis”. Esta traducida en España. Escrita en 2016, arrasó en ventas en EE. UU y en 2020 se convirtió en una exitosa serie. Hijo de una madre drogadicta y promiscua, se crio con sus abuelos, ambos con trazas de personalidad paranoica. Formaban una familia típica de lo que se conoce como “clase popular estadounidense”.
Los detalles del sufrimiento de este hombre hasta que se casó con su actual mujer se tienen en su país como moneda corriente entre los llamados “white trash” (literalmente: basura blanca) que han formado el núcleo duro del electorado de Donald Trump. Vance sería también un ejemplo de cómo es posible lograr el “sueño americano” con esfuerzo y constancia: se alistó en el cuerpo de Marines y estudio derecho en Yale.
Es profundamente religioso y extremadamente conservador en todos los aspectos. Por energía, edad y circunstancias personales, va a ser un vicepresidente con mucho poder y con mucha presencia"
uN DISCURSO PARA LA HISTORIA
"Kennedy viajó en junio de 1963 a Berlín y proclamó su imperecedero “yo también soy berlines” que fue una adhesión completa a los valores europeos. En 1987, Ronald Reagan, también en Berlín, en una intervención inolvidable, exclamó: Secretario General Gorbachov, si busca la paz, si busca la prosperidad para la Unión Soviética y Europa del Este, si busca la liberalización: ¡venga aquí a esta puerta! [se refería a la puerta de Brandeburgo]
¡Señor Gorbachov, abra esta puerta! ¡Señor Gorbachov, derribe este muro!”. De nuevo, otra expresión de estrecha relación entre Estados Unidos y la Europa Occidental. El discurso de Vance, en Múnich (ciudad en la que Chamberlain y Daladier firmaron el acuerdo de cesión de los Sudetes a Alemania en 1938), fue una crítica desconfiada al viejo continente.
El norteamericano afirmó que lo que le preocupaba “es la amenazada desde dentro” [o sea, no China, no Rusia] es decir, “el retroceso de Europa en algunos de sus valores fundamentales que compartía con Estados Unidos”.
En ocasiones, el vicepresidente norteamericano fue caustico: “si la democracia estadounidense puede sobrevivir a diez años de reprimendas de Greta Thunberg, ustedes pueden sobrevivir a unos meses de Elon Musk”. Pero el aviso más terminante fue nítido y muy propio de la idiosincrasia norteamericana: “Hay un nuevo sheriff en la ciudad”, en referencia a Donald Trump.
El resto del discurso se centró en la inmigración y en los criterios geoestratégicos de la nueva administración republicana en los que Europa ha quedado marginada. Por eso, hoy, los líderes europeos se reúnen de urgencia en París. ¿Muere el orden mundial de 1945? Posiblemente.