la fe nos impulsa a creer en la posibilidad de un futuro más justo
El monólogo de Irene Pozo en La Linterna de la Iglesia
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Qué tal, muy buenas noches. Imagino que a lo largo de nuestra historia se han vivido momentos de grandes tensiones, pero lo que estamos viendo últimamente la verdad que es para preocuparse. La polarización en España ha crecido de forma notable en los últimos años y estamos en un punto en que todo pierde la lógica.
Esta polarización social, tiene como marco un clima de crispación política. ¿Cuándo hemos perdido el sentido del bien común?
El Papa Francisco, en 'Fratelli tutti', habla de promover ‘la mejor política’, aquella que trabaja por los grandes principios, que apueste por un servicio al bien común a largo plazo, o que fomente cauces de encuentro y la escucha del otro facilitando que todos tengan un espacio.
La propuesta cristiana nos invita a cultivar el amor, la empatía y el diálogo, valores fundamentales que pueden transformar nuestras interacciones y contribuir a un entendimiento más profundo entre las personas.
El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, esta semana pasaba por los micrófonos de 'Herrera en COPE' donde desgranaba el modo con el que la Iglesia propone superar el clima de agresividad que vivimos en nuestra sociedad.
La falta de entendimiento a menudo surge de la desconfianza y el miedo hacia el otro. En este contexto, la Iglesia llama a la convivencia y al bien común, recordándonos que cada persona es digna de respeto y consideración.
Es cierto que los retos a los que nos enfrentamos son enormes. El cardenal arzobispo de Madrid y vicepresidente del episcopado, José Cobo, participaba esta semana en la jornada 'Una nueva política para un mundo en cambio' celebrado en la Universidad Complutense. Allí aseguraba que no podemos cambiar la política pero si a las personas.
Está claro que hay que empezar por uno mismo. La responsabilidad de construir puentes recae en cada uno de nosotros; debemos ser proactivos en buscar el entendimiento y la reconciliación, en lugar de perpetuar divisiones.
Como señalaba el cardenal Cobo, frente a esta desmoralización social, hay mucha gente que quiere que la política o la economía se haga de otra manera, muchos de ellos en comunidades eclesiales.
En tiempos de crisis, es fácil caer en el pesimismo, pero la fe nos impulsa a creer en la posibilidad de un futuro más justo, a trabajar juntos por el bien común. Podemos ser agentes de transformación en nuestras comunidades, porque todos estamos llamados a la acción, a ser constructores de paz y promotores de un entendimiento auténtico en un mundo que tanto lo necesita.