David, médico peruano, explica lo que ha tenido que pasar para poder ejercer en España y por qué ahora es "un héroe"
Ángel Expósito, director de La Linterna, ha calificado su acción de heroicidad, afirmando que cada vez es menos gente la que hace lo que ha hecho él
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Que nuestro país es uno de los que más migrantes recibe en la UE es algo en lo que nadie duda. Somos el segundos, solo por detrás de Grecia, por nuestra cercanía con el norte de África. Pero, en el caso de España, no debemos olvidarnos que al otro lado del océano atlántico, existen muchos países de habla hispana en los que la situación social, económica, política, laboral... es bastante mejorable.
Son muchos los que vienen, vía aérea, desde países como Venezuela, Argentina, Perú o Colombia entre otros, dejando atrás su vida, parte de su familia y muchos de sus amigos, buscando un futuro que ven que en su país no pueden encontrar. Además, vienen a España por dos razones muy sencillas: está en Europa y se habla español.
Mérito ya es solo el hecho de venir a España atravesando una serie de impedimentos y altos costes, pero que una vez establecido en nuestro país, un migrante se convierta en un autónomo, es algo digno de heroicidad. Y esa es precisamente la historia de David Soto, un peruano que tiene su propio negocio en Valencia.
Una beca
Que estas ayudas son un elemento fundamental para la formación y el desarrollo de los estudiantes, que son el futuro de un país y del mundo, es algo que también existe en países como Perú. Y es que allí, en su país natal, David era funcionario del Estado, concretamente odontólogo en el ejército, con el grado de teniente.
Allí, en Perú, le surgió la oportunidad de estudiar en España, el máster en la Universidad de Valencia, con una beca de su país. No lo dudó y aceptó. Pero cuando llegó, no quiso marcharse. Se quedó de becario en la propia universidad y cuando consiguió el permiso de residencia empezó a buscar trabajo.
El título
Pero cuando acabó el máster y quiso trabajar de lo suyo aquí tuvo un problema: el título. Y es que aunque había hecho el máster para que los créditos necesarios coincidieran y poder equiparar el nivel de estudios, la homologación y convalidación del título oficial tarda alrededor de 5 años.
Y es que, aunque la diferencia de estudiar lo mismo en España o en Perú no es mucha, ya que los conocimientos, teóricos y prácticos, en esencia, son los mismos, los trámites burocráticos son lo que más cuesta y más se tarda. “A muchos les echa para atrás estas trabas administrativas”, dice David.
Y al final, autónomo
Una manera de trabajar que hasta Expósito, director de La Linterna, ha calificado de auténtica heroicidad. Y es que ahora, después de casi diez años en España, este dentista peruano puede presumir de tener su propia consulta en la ciudad de Valencia.
En su negocio, le va bien, y hasta tiene ya varios empleados y previsión de aumentar su plantilla. Además, David agradece la hospitalidad que ha recibido siempre por los españoles y afirma que nunca ha sido discriminado por su procedencia.
Y en cuanto a su tierra, Perú, no niega que son sus raíces, tiene familia y amigos allí, pero su sitio está en España, donde tiene su vida con sus hijos y su negocio.