Encuentran en una playa de Murcia un tesoro de hace 2.000 años y, dos décadas después, ya han decidido qué hacer con él

En la playa de la Ermita, en la región de Murcia, un descubrimiento hace más de dos décadas puso a la localidad en el mapa. Y es que se localizó un tesoro de hace más 2.000 años de antigüedad, concretamente 2.600. Una noticia que revolucionó la zona pero que no va a tener un desenlace hasta ahora.

Porque, como contaba este lunes Ángel Expósito en La Linterna, mientras el descubrimiento fue en 1995, ha sido en 2024, cuando se ha decidido finalmente que se hará con ese tesoro en un proyecto que, explica Carlos de Juan, investigador de la Universidad de Valencia, se ejecutará el próximo 2025, dos décadas después.

Un descubrimiento en Murcia en 1995

“En la región de Murcia ha salido a la luz uno de los tesoros que más tiempo ha permanecido oculto”, explicaba el comunicador de COPE este lunes. Y es que se trata de una pequeña embarcación de origen fenicio que la arena del fondo marino se ha encargado de esconder y proteger durante más de 2.600 años.

Se le conoce como 'el pecio de Mazarrón'. El navío ha permanecido oculto durante milenios a dos metros de profundidad y a escasos 60 metros de la costa. Unos vertidos mineros en los años 20 del siglo pasado y la construcción de un muelle deportivo en los 70 provocaron que el suelo submarino se moviera y la arena que cubría el barco lo dejara al descubierto.

Así, y hasta 1995, ni los vecinos de Mazarrón, ni los curiosos que se acercaban a la costa sabían que a escasos metros de profundidad se encontraba enterrado uno de los tesoros fenicios más antiguo. Carlos de Juan, investigador de la Universidad de Valencia y director del proyecto encargado de la extracción del barco, explica en La Linterna que es “un antiguo fondadero de época fenicia”. “Cuando hablamos de época fenicia estamos refiriendo al siglo VII, 6. a.C. y estaban afragados en lo que fue la paleocostada, que es decir, la antiguo playa, una playa que hoy en día ya no existe”, aclara.

Por qué no se ha sacado el tesoro en 20 años

El pecio sufrió un embarrancamiento por un temporal y quedó varado en medio de la antigua playa y el futuro del barco ya estaba escrito: la arena terminaría cubriendo la embarcación con el paso del tiempo. “Ahora en la actualidad esa arena se fue retirando por diversos procesos geomorfológicos”, explica el investigador de la Universidad de Valencia en COPE. “Cambiaron las corrientes submarinas, las arena que enterraban el yacimiento desaparecieron y lo pusieron a la vista, y así fue descubierto en el año 1995”, añade.

Se trata de una pequeña embarcación que tiene 8 metros de eslora, es decir, de longitud por dos metros y medio de manga, es decir, de amplitud. No es un barco grande, pero se conserva intacto, según explica Carlos de Juan. “Además una pequeña embarcación, que sus carpinterías nos lo describen como una navegación local, un intercambio a nivel regional que está en consonancia con las embarcaciones de largo recorrido que las propios fenicios sí que tenían para conectar el Mediterráneo occidental con el Mediterráneo central y el Mediterráneo oriental”.

Desde el momento en el que el tesoro se descubrió se ha intentado proteger y preservar en su emplazamiento original, bajo el agua. Lo han intentado durante dos décadas, pero la erosión submarina debilitaba cada vez más la madera del barco. Por eso, las autoridades decidieron que el mejor método de preservación era su extracción.

El plan para el tesoro

El equipo de Carlos ha estado trabajando desde 2019 en el yacimiento y en el año 2023 realizaron una preexcavación completa para, lo que los expertos llaman, 'ponerlo en luz' y así poder observar el estado en el que se encontraba la madera.

“Toda la arena que se juntaba el pecio en el paso de los años lo que ha provocado son movimientos en el fondo marino que ha llevado a deformaciones”, apunta De Juan, que asegura que la embarcación no presenta sus formas originales y todas estas deformaciones han ido acompañadas de fisuras y derroturas de la madera por el paso del tiempo. “Es visualmente madera pero físicamente ya no lo es”, añade.

“Es una madera pues que está en papa del agua y es muy muy muy frágil”.

Así, por pequeño que es el barco no se puede extraer de una sola pieza. Por eso, tras muchas investigaciones y visitas submarinas han elaborado un plan para sacarlo a la superficie.

“Lo que hemos hecho ha sido aprovechar la presencia de todas estas grandes fisuras y grietas para definir unas porciones teóricas, unas piezas del puzzle teóricas por las que nosotros vamos a actuar favoreciendo que el pecio se nos desmembre por esos puntos que nosotros llamamos preseleccional”, concluye el experto de la Universidad de Valencia.

Extraerlo por piezas tampoco resulta una tarea sencilla, principalmente porque la madera ha perdido sus cualidades físicas y químicas y no puede soportar su propio peso fuera del agua, por eso han recurrido a un plan B. “Estas porciones a su vez van acompañadas de una cuna que nosotros hemos ya fabricado y metido debajo del agua que va a ser como un chasis, una cuna que va a llevar encima como si fuera un bebé a la madera arqueológica para poder la extraer del agua”.

Durante las operaciones tienen que poner especial cuidado en que la madera no se seque. Tienen que mantenerla siempre húmeda, para eso se sirven de tejidos especiales y de plásticos- Una vez fuera del agua, las piezas se llevarán al laboratorio ARQUAtec de Cartagena.