Fran, de Vigilancia Aduanera, avisa del nuevo problema al que se enfrenta la Guardia Civil en la costa de Cádiz: "No se está hablando"
El responsable nacional de Vigilancia Aduanera de CSIF denuncia en La Linterna que la falta de medios y de personal para luchar contra los narcos va a más

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La desembocadura del río Guadalquivir se ha convertido en uno de los lugares preferidos de los narcotraficantes para entregar la droga que transportan en sus potentes narcolanchas.
Esta semana, allí, el tripulante de una de ellas ha muerto tras la persecución de una patrullera de la Guardia Civil y después de negarse a recibir la ayuda de los agentes.
Es el segundo narco que pierde la vida este mes, cuando se ha cumplido un año de la muerte de Miguel Ángel González y David Pérez, los dos Guardias Civiles asesinados por una narcolancha en Barbate, Cádiz.
del hachís, a la cocaína
Las imágenes de película se siguen sucediendo, mientras estos criminales están cambiando el tráfico de hachís por el de cocaína.
Y, ante una mercancía más valiosa, mayor es la agresividad con la que los narcos actúan. Mientras, en contraposición, los medios de los que disponen las autoridades cada vez son más escasos.

Incautación en el mes de noviembre de 13 toneladas de cocaína en el puerto de Algeciras (Cádiz), la mayor en la historia del narcotráfico en España - EFE
Así lo ha vuelto a denunciar en los micrófonos de La Linterna de COPE, Fran García, responsable nacional de Vigilancia Aduanera de CSIF, quien hace un año ya le contaba a Ángel Expósito la inferioridad de condiciones que sentían con respecto a estos criminales.
Un año después, la situación no sólo no ha mejorado, sino que ha empeorado en muchos aspectos. Principalmente, en lo que a medios se refiere.
medios que no llegan
"No sólo desde el ámbito de la Vigilancia Aduanera, que claro está, sino tras el anuncio de la señora ministra, que dijo que iban a dotarnos de embarcaciones rígidas para poder combatir contra las narcolanchas en igualdad de condiciones. De las dos nuevas que nos trajeron, las dos las hemos tenido que devolver porque se partían", ha denunciado García.
Esta situación de inferioridad, ahora tiene que convivir con una nueva realidad mucho más preocupante y de la que no se está hablando: el aumento de la entrada de cocaína.
"El gran problema de la cocaína es lo que trae asociada. Normalmente, aquí en la costa, durante muchísimos años, los que se dedicaban al tráfico de hachís eran delincuentes. Ahora, los que se están dedicando a la cocaína, son criminales. Hace unos años era impensable ver un fusil de asalto en manos de un 'petaquero'”, tal y como ha sucedido en los últimos días en las costas andaluzas y ha recordado en COPE este responsable de Vigilancia Aduanera.
cádiz, el caldo de cultivo perfecto
La costa de Cádiz sigue suponiendo el caldo de cultivo perfecto para los narcotraficantes porque en ella confluyen varios factores. El primero, y tal vez más evidente, es su cercanía con Marruecos.
Tal y como ha explicado Fran García, el narcotráfico funciona como una empresa, y los costes se reducen por la cercanía.
A esto se suma la gran "vascularización de redes", es decir, la creación de carreteras y pequeños caminos en el litoral, que aumenta las posibilidades entre poblaciones cercanas en las que el narcotraficante puede moverse con gran rapidez, mientras las autoridades no pueden seguirles el ritmo.
En ello influye mucho esa falta de medios y las diferencias que existen entre las poderosas narcolanchas de estos criminales y las embarcaciones de las que disponen las autoridades.

Una embarcación varada en una playa andaluza - EFE
"Para ellos, una embarcación tarda diez minutos en moverse de un sitio a otro. A nosotros nos puede suponer horas. No hay medios y no hay personal. No sólo hablo desde Vigilancia Aduanera. Los compañeros Guardia Civil y Policía Nacional manifiestan lo mismo, es decir, no hay personal" ha explicado Fran, quien ha asegurado que la sensación generalizada entre sus compañeros es de que "no se quiere combatir al narco".
Y, por último, el aumento de la criminalidad en la costa gaditana se debe al histórico caldo de cultivo social, con sus elevadas cifras de paro, lo que facilita al narco reclutar a vecinos de la zona para que les ayuden: "el Estado ha abandonado esta zona del litoral andaluz. Los narcos tienen aquí un caladero de personal del que pueden tirar para una descarga o para guardar la droga. Eso también condiciona que esta zona haya sido la elegida".
Los cambios más inmediatos para revertir esta situación deben pasar por dotar de medios a las fuerzas y cuerpos de seguridad, que se sienten en inferioridad de condiciones para luchar contra estos criminales, cada vez con narcolanchas más potentes, y que están cambiando el hachís por la cocaína, a la vez que las pistolas por los fusiles.