Un profesor de Derecho Constitucional explica qué tendría que haber en el libro de José Bretón para obviar la libertad de expresión
Expósito analiza la polémica en torno al libro de Anagrama y la decisión de un juez de Barcelona de desestimar las medidas cautelares pedidas por la Fiscalía

Madrid - Publicado el
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Un juez de Barcelona ha desestimado las medidas cautelares solicitadas por la Fiscalía y permitirá a Anagrama publicar el libro sobre el crimen de José Bretón. Se trata de un asunto de gran complejidad jurídica porque, desde la libertad de expresión hasta el derecho al honor, a la intimidad, ola propia imagen, hay muchas aristas.
La publicación estaba prevista para el 26 de marzo por lo que, ¿se pondrá a la venta ese día? ¿Y días después? Germán Teruel, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Murcia y director adjunto de investigación de la Fundación Hay Derecho, explica en La Linterna que, salvo que por motivos prudenciales la propia editorial quiera retrasarlo, “hoy por hoy no hay obstáculos jurídicos, porque el Juzgado de Barcelona de momento ha decidido no adoptar ninguna medida cautelar”.
Eso sí, explica que, entre los motivos para poder retrasarlo, está no haber comunicado a la mujer de Bretón, la madre de la víctima, lo sucedido, “lo que podría ser una decisión prudencial”. En cualquier caso, el profesor de la Universidad de Murcia señala que sí que hay una cuestión que “hay que señalar”: “Es cierto que cualquier cuestión que afecte a la libertad de expresión siempre es muy espinosa, pero la garantía que tenemos en nuestro ordenamiento es que estas decisiones las va a tomar siempre un juez con un proceso con todas las garantías”.

Juicio José Bretón
José Bretón y la libertad de expresión
Dando por descartado que haya injurias o insultos en el libro, el experto en Derecho Constitucional avisa de que podemos encontrarnos en el libro “que se revele información íntima relativa a la vida familiar de los niños fallecidos o de la que era en su día su propia mujer, y ese podría ser uno de los límites a la libertad de expresión”. Eso sí, matiza que hay que analizar si el contenido del libro “es verdad y si tiene relevancia pública”.
Recuerda que el Tribunal Constitucional indica a los profesionales que la relevancia pública no es lo mismo que el interés del público. “El público puede tener un interés morboso por determinados asuntos, pero eso es distinto de la relevancia pública”, aclara. “Aquí es verdad que tratándose de algo que ha suscitado un proceso penal, que ha estado en las actuaciones judiciales, muy probablemente habría que estar a la letra de lo que se dice en esa obra, pero todo lo que haya obrado en la causa judicial en principio va a tener una relevancia pública”.
Respecto a los límites de la libertad de difundir obras, apunta el profesor, precisamente está que el autor de un delito no pueda aprovecharse. “Ahora bien, lo que dice la ley es que no puede hacerlo haciendo una humillación a la víctima”, algo que considera clave. “Que cause una molestia, una incertidumbre, incluso un dolor que es absolutamente comprensible, que la madre de esos niños se sienta un desasosiego, se sienta herida al ver que esto va a ser publicado, sin embargo, lo que es jurídicamente relevante es que la obra no contenga una humillación de esa persona”.
¿Puede tener beneficios para el preso?
Recuerda Teruel que el tribunal de Estrasburgo ha establecido en varias ocasiones que la libertad de expresión comporta tener que soportar expresiones hirientes, molestas. “Ahora bien, no quiere decir que tengamos que darlas por buenas”. “Como sociedad debemos buscar otras maneras de acompañar a las víctimas, de reforzarlas sin tener que caer en la censura”.
Por último, respecto a Bretón, protagonista del libro, ¿puede tener algún tipo de beneficio? Teruel recuerda que “él no es el autor”, y hay que tener en cuenta que “hay una persona, un autor, que es quien, a través de las conversaciones con el asesino, pues traza un perfil del mismo y diría casi que un retrato del mismo”.