Las claves de la nueva Ley contra el desperdicio de alimentos

La Ley contra el desperdicio de alimentos es un proyecto de ley que obliga a las empresas que forman parte de la cadena alimentaria, es decir, desde los agricultores hasta la distribución, a contar con un plan de prevención para minimizar el desperdicio y destinar estos alimentos a otros usos. Eso en cuanto a las empresas. Mientras, por ejemplo en bares o restaurantes tendrán la obligación de decir a los clientes que se puedan llevar en un Tupper la comida que les sobre.

La realidad es que en toda la cadena alimentaria, desde la cosecha hasta el consumo, la cantidad de alimentos que se desperdician es para echarse las manos a la cabeza. Durante el año 2020 cada español ha tirado de media alrededor de 31 kilos de comida. A pesar de que parece que estamos más concienciados la cifra sigue siendo más alta que en el 2019....aproximadamente un 1% más. Y es que el despilfarro cuesta a cada hogar 250 euros al año.

La nueva ley solo afecta a las empresas y no actúa contra las personas que desperdicien en sus hogares, donde se concentra la mayor parte del derroche. Mira, según los datos de la Unión Europea, el 42% del desperdicio de alimentos se da en los hogares, frente al 39% que genera la industria, el 14 la restauración y el 5 el comercio.

El 75% de los hogares españoles asegura que desperdicia alimentos y de ellos unos tres cuartos son productos sin elaborar, es decir, que no han llegado a ser cocinados. Los más comunes son la fruta, las verduras, el pan y la leche.

Eso cuando nos referimos a los hogares. Sin embargo el destino de la mayoría de los alimentos suelen ser los mercados o supermercados. En estos lugares es constante la reposición de productos. Mientras, en los grandes es otra historia... porque el nivel de pedidos es mucho mayor. Sin embargo todo está medido al milímetro para que cuando lleguemos a comprar no falte de nada.

Las sanciones a las empresas que no respeten esta norma se establecen en una horquilla que va desde los dos mil hasta los 60 mil euros para las infracciones graves. Con esta ley se intenta además incentivar que estas grandes superficies vendan los alimentos de temporada, económicos y a granel. Y lo que sobre se done a ONGs o a bancos de alimentos.

Pero... ¿Y qué ocurre con los bares y restaurantes? Pues que tendrán la obligación de informar al cliente que se puede llevar a casa la comida que sobra. En el caso de no ser posible, dichos alimentos se deben transformar en otros productos como zumos o mermeladas. La tercera opción es que sirvan para la alimentación animal.

Lo cierto es que cuando hablamos de desperdicio alimentario hay que pensar también en que toda esa comida es lo mismo que tirar miles de millones de euros.

El objetivo del Gobierno con la aprobación de esta Ley es llegar al año 2030 con un 50% menos de este desperdicio, que en un 40% se da en la venta final y en los hogares. Y es que son 1300 kilos de comida los que tiramos cada año a la basura. Y en su mayoría en los hogares. Por eso es fundamental concienciarnos y valorar la comida con la que disfrutamos cada día en un país como España.