El problema demográfico en España

Prada de la Sierra está al noroeste de la provincia de León, en plena comarca de la Maragatería pero ya lindando con las Montañas del Teleno. A unos 1.300 metros de altitud y cruzando una pista forestal durante unos 5 kilómetros desde la Cruz de Ferro. Es un pequeño pueblo de origen medieval aunque también hay vestigios que nos llevan a la época romana. Un lugar que tenía centenares de habitantes.

Mayoritariamente esta localidad vivía de la agricultura y la ganadería pero, como has escuchado, sufrió un proceso brutal de éxodo a las grandes ciudades en las últimas décadas del siglo XX. Y fruto de ese proceso, su población desapareció por completo. En este lugar aguantaron muy pocos. Tal fue la pérdida de población de esta pequeña localidad que hasta incluso perdió la consideración oficial de pueblo, pasando a manos del ayuntamiento de Santa Colomba de Somoza quien iba a gestionar todos sus recursos como los montes o la caza. La zona pudo haber sido devorada por la propia naturaleza. Sin embargo a principios del año dos mil la localidad empezó a remontar de nuevo.

Y de no haber prácticamente nadie a empezar a tener vida por sus calles. Nace así la asociación “Nueva Prada de la Sierra” acompañada con muchas iniciativas. Se han restaurado bastantes edificios, conseguido campanas para la iglesia, fiestas, se han montado hacenderas... Pero sus ganas no quedaron ahí... querían más... en realidad tan solo necesitaban que se les volviera a reconocer como pueblo... para alcanzar ese objetivo, llevan luchando más de dos décadas.

Finalmente, los tribunales les han dado la razón ya que el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de León ha decidido que Prada de la Sierra vuelva a existir. La sentencia, condena al Ayuntamiento de Santa Colomba de Somoza a volver dar de alta en el Instituto Nacional de Estadística a este municipio. Ahora es cuestión de esperar. El caso de Prada es uno de los ejemplos que muestran que hay zonas rurales que se vuelve a repoblar. Pero también existe el caso contrario como el de Peralejos de las Truchas.

Está en una comarca en la frontera entre Guadalajara, Cuenca y Teruel denominada los Montes Universales. Es la zona más despoblada de España y también es una de las más vacías de toda Europa. Al margen de los movimientos de la España rural a las grandes ciudades hay otro problema de fondo. Y es que la población no crece y aunque sigan llegando inmigrantes la natalidad no permite pensar en un reemplazo generacional. Para que te hagas una idea, España tiene una tasa de natalidad que está por debajo de 1,3 descendientes por mujer, una de las más bajas de la UE.

Hay datos que son muy rotundos:

Los datos son preocupantes y más cuando pensábamos que durante la pandemia se iba a producir un nuevo “Baby Boom”. Pero la realidad es que después de todo este tiempo las cifras indican que ha sucedido todo lo contrario. La natalidad en nuestro país, que ya tenía registros preocupantes, crece mucho menos de lo esperado.

Cada vez son más tardías las edades a las que se tienen hijos y la población en edad de tenerlos se ha reducido. De hecho el dato del pasado mes de marzo muestra que los nacimientos de mujeres mayores de 45 años en España se han disparado un 42% en el primer trimestre de 2022, con 974 alumbramientos frente a los 682 de los tres primeros meses de 2021.

La realidad es que la despoblación en España, la baja tasa de fecundidad y un panorama laboral incierto hacen de la pirámide poblacional española todo un reto. Si se observa del lado de las pensiones, es posible que dentro de unos años el sistema sea insostenible. El momento crítico se espera para el año 2029. Será la mayor entrada de pensionistas al sistema que jamás se ha producido.

La natalidad sigue en cifras preocupantes y muchos jóvenes no se atreven a tener hijos. Un problema que de seguir así podría acabar con la sostenibilidad de nuestras pensiones y a la larga con nuestro país en “peligro de extinción”.