"Partamos de la base de que Siria era una sucursal del Kremlin, en mitad de Oriente Medio. Una dictadura en guerra desde hace casi 15 años"

Empezamos por la última hora que nos lleva hasta la Catedral de Valencia. En este momento se celebra el funeral organizado por el arzobispado en honor a las víctimas de la DANA del 29 de octubre.

Por lo demás, el mundo entero continuamos pendientes de Siria y otra vez de esa mini guerra mundial. El régimen de Al-Assad más Putin y los ayatolás iraníes que le apoyaban han caído en dos semanas bajo una legión de islamistas de todo pelaje. Esa es otra. A ver cómo se aclaran estos. Partamos de la base de que Siria era una sucursal del Kremlin, en mitad de Oriente Medio. Una dictadura en guerra desde hace 15 años casi, casi 7 millones exiliados de su país y otros tantos desplazados internos. Un caos total que ha estallado también de forma caótica.

He recordado nuestro último viaje a Siria hace como 3 o 4 años. Recuerdo aquella frontera para cruzar por el norte del Líbano, la autovía camino de Homs, como nos cruzábamos con los convoyes militares rusos, caminos del puerto de Tartush. Mira, conseguí entrar en Siria gracias a los dulces que el sacerdote libanés que nos acompañaba le donó, dejémoslo así, al jefe del control de policía en la aduana. Sino, no entro. También recuerdo aquella mesa del Daesh en Homs donde se reunían los jefes de Al-Qaeda en el comedor principal de la casa del obispo Maronita de la ciudad.

La residencia compartida entre cristianos maronitas y chiitas cerca ya de la frontera del Líbano era como un enorme edificio de dos alas. El control de seguridad, armados hasta los dientes, los de Hezbollah. Pero es que una vez que pasabas un ala, veías a la Ayatola y veías a los chiitas en la terraza y en el otro ala, los religiosos cristianos maronitas como buenos vecinos. Estas cosas que solo pasan allí. La imagen bestial del castillo imponente de carácter de los caballeros, una fortaleza de los cruzados que parece un escenario de Juego de Tronos. Desde la autopista lo veías y era espectacular.

O los miles y miles de refugiados sirios en el Líbano, que hoy por cierto no tienen ni dónde ir ni dónde quedarse o a dónde volver. En fin, aquello es una miniguerra mundial con un montón de actores entrelazados. Al-Assad, yihadistas, kurdos, turcos, rusos, israelíes, Estados Unidos, Irán, Irak, Líbano. Los Suníes de los que nos hablamos en un Tutun Revolutum. Inexplicable.