"Lo de RENFE está dejando de ser un motivo de cabreo para convertirse en todo un símbolo de caos y de chapuzas continuas"

Este gobierno está absolutamente alejado de la realidad. Cada día que pasa da un pasito más hacia no se sabe dónde. No lo sabe ni él. Igual te disfraza de progresistas las náuseas que provoca en la Ley Txapote, que se inventa una argucia para la amnistía de los golpistas mientras tú, autónomo, currante, te las ves y te las deseas para cumplir con la ley. Lo mismo nos van a clavar más subidas de impuestos disfrazadas de solidaridad, que tragamos y tragamos con el enésimo episodio de Ábalos, Aldama, Koldo, Jessica, 20 minutos, Delcy... 

Esta mañana he vuelto a pasar sobre mí, iba caminando por Madrid, el helicóptero "Superpuma" del ejército de la dirección Torrejón - Cuatro Vientos, sí, en diagonal. Y he pensado en los miles y miles de pasajeros del tren, perdidos, atascados, cabreados, mientras Su Sanchidad sobrevuela la realidad. Y el ministro de la cosa, Óscar Puente, tuitea la siguiente chorrada. Lo de Renfe está dejando de ser un motivo de cabreo constante, una mofa para la vergüenza, para convertirse en todo un símbolo del caos, un caos de gestión, de politización, de dedazos y de chapuzas continuas. Si ves la secuencia, Ábalos y Koldo arrancan, Raquel Sánchez, que dicen que fue ministra un rato, y ahora Óscar Puente, ¿Qué puede salir mal? Los unos de Karaoke en Karaoke, amigas, amigos, comisiones, chalés, la ministra en medio, que no sabrá, para no atreverse a contarlo, y el actual con ese tono más rara que rebosa. 

En esta Ciénaga empezamos una semana que como todas se presenta complicadita para el gobierno. Uno, la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid ya ha iniciado los procedimientos legales para querellarse contra Sánchez y contra el ministro Félix Bolaños, por llamarle delincuente confeso. Dos, leo en Voz Pópuli, Ábalos no era solo el jefe para Koldo y para Víctor de Aldama, también lo era para el entorno más cercano a Delcy Rodríguez en Venezuela. Para el empresario Jorge Jiménez Ochoa, que se refiere a Ábalos como el jefe. Tres, en el confidencial, Aldama exige una comisión de 4,5 millones a los Hidalgo por el rescate a Ereuropa, el rescate del gobierno, una comisión de 4,5 millones. Ojo, ¿eh? Ah, bueno, también está publicando El Confidencial ahora que el máximo jefe de uniforme de la Guardia Civil está pidiendo al general responsable de la UCO que tenga cuidado con los archivos personalísimos de Ábalos. ¡Qué cosas! Cuatro, en el debate, el jefe de Correos y el 2 de la SEPI llamaron a Hidalgo por petición de Ábalos para asegurarle que el rescate de Ereuropa, que sí, que se aprobaría, eso sí, le llamaron meses antes. Y cinco, la gota que colma el vaso, ya se puede ver el documental sobre Pedro en el país. Lo mejor, se lo he leído hoy a Miquel Jiménez, dice que los diabéticos se abstengan de verlo ante el subidón de azúcar, por empalagoso hacia su persona. Que sí, Pedro paseando al perro, Pedro desayunando, Pedro habla por teléfono, a Pedro le aplauden, Pedro junto a Yoli, que se derrite enterita, Pedro pasea ahora a dos perros, Pedro saluda, a Pedro le plancha en el mantel, Pedro en Bruselas, Pedro con Joe Biden y, por supuesto, Pedro en el Falcon. Ese es el resumen de la docuserie. ¿Y tú? Pagando, currando, si puedes, o jodiéndote esperando en una estación de tren. 

Ah, y mi postdata. No se me va de la cabeza Cuba. Cuba enterita, sin luz. Toda la isla sin electricidad durante días. Es el tercer mundo perfecto. El viernes pasado, la central Antonio Guiteras, una de las más grandes de Cuba, colapsó y echó abajo todo el sistema eléctrico del país. Camila Acosta cuenta en ABC que los cubanos pierden la poca comida que guardan en casa, mientras el gobierno incluso saca al ejército a la calle para controlar las protestas de los vecinos. El sistema eléctrico en Cuba, toda la energía en Cuba, depende del petróleo de Venezuela. Imagínate el desastre. Cuba entera sin luz y los cubanos sin carne, sin leche, el fiel reflejo del tercer mundo absoluto y tanto pijo progre defendiendo un régimen absolutamente repugnante, el hambre en la dictadura castrista de Cuba.