Expósito: "La nueva política no era esto"

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Leía esta mañana la sección ‘el Astrolabio’ que firma Bieito Rubido en ABC: “La nueva política era esto.” Y es que el espectáculo --supongo que estaremos de acuerdo-- está siendo inenarrable. De manera fina podríamos decir que es poco edificante. Para que se nos entienda, digamos que es un puñetero disparate. ¿De verdad son conscientes de lo que representan o deberían representar? Es cierto que muchos solo se han dedicado a la política desde la más tierna adolescencia, que no les han echado para atrás un currículum, salvo en el despacho del líder de al lado que, a su vez, tampoco había trabajado nunca. Pero de ahí al desprecio que supone este impass, el desprecio para el votante que es el mismo que paga impuestos, un poquito de por favor. El votante de Ciudadanos asiste atónito desde dos frentes. Evidentemente el votante de los de Albert Rivera es variado, nuevo de un tiempo a esta parte y procede del PP o del PSOE. 

En este sentido, alguno habrá encantado con la indefinición, pero me temo que muchos aportarían por una abstención para con Pedro Sánchez y, otros tantos, con más leña al mono.  Problemón. Porque indudablemente, los de Albert Rivera se van a dejar pelos de votantes en la gatera. Lógicamente. De un lado o del otro. Lo que creo que le sobra a Ciudadanos es la sobreactuación, caer en el mal tono y copiar por el lado malo. Porque no era esto.

En Podemos, la cosa viene de algo más atrás. Ya con las fiestuquis aquellas de Vistalegre 1, 2 o no sé cuántas van. Los de la nueva política, bolivariana, ya apuntaban maneras. Las purgas, las limpias, los ceses, las maneras del macho alfa y los fusilamientos al amanecer de un secretario de Organización, Echenique, que qué quieres que te diga. Y luego vino eL casoplón. Y del barrio al chalet. Y del agrupémonos todos en la Puerta del Sol con el 15-M, a un hipotecón burgués con piscina. De la emoción al ver cómo pateaban a un policía, a dos guardias civiles en la puerta de casa 24 horas al día. 

Se les cayó el discurso, se nos rompió el amor de tanto usarlo. Y vino el batacazo. Y de implantar la revolución chavista en el sur de Europa, hemos pasado a Alexis Tsipras humillado en Grecia y a Pablo Iglesias arrastrándose por un ministerio de lo que sea. Y es que hay que seguir pagando el casoplón. Y el tercer nuevo, Vox, que se ha sabido aprovechar --hasta ahora-- de tres elementos claves: el enorme cabreo nacional por la humillación y las provocaciones del monotema catalán; por un desgaste del PP al que le cayó la censura encima y que atravesó un congreso suicida y por una ley electoral que desconocía la gran mayoría del cuerpo electoral.

Así, el cabreo sigue; pero el PP de Pablo Casado se ha rehecho y el electorado ha visto que la ley electoral ha permitido que el PSOE tenga ciento veintitantos diputados. Si a las tres circunstancias objetivas le unes los exabruptos y meteduras de pata, los tuits que se han pasado tres pueblos y hasta los indultos directos, se confirma que Vox no ha sabido gestionar el éxito. Por cierto, no te pierdas las reacciones de los otros, con lokomia. Para no echar gota. Lo de Vox ha sido un éxito. De cero a ser llave. Y está siendo fácil de digerir. Y este es el resumen de la nueva política. Todo por el cargo en un caso, la indefinición en otro y la sobreactuación, por ser suave, en el tercero.

¿Quién se beneficia de este escenario? Claramente, PSOE y PP. Por este orden y por mucho que el CIS de Tezanos se empeñe en que Ciudadanos adelanta al Partido Popular. Algo que no se cree nadie. Porque no se lo cree Sánchez, ni Casado, ni Albert Rivera. El tema es que no. Lo de la nueva política no era esto, señores y señoras, compañeras y compañeros. Revolucionarios y revolucionarias, antisistemas todos y todas. Los nuevos partidos aparecieron a modo de reconstituyente, revitalizante y reafirmante, y resulta que han caído en los mismos defectos que los de siempre. Y eso que aún no han tocado pelo y cuando han pisado moqueta, se han sacado los ojos. Mira Errejón.

No era esto. Vaya chasco. Más vale que encuentren soluciones para que se gobierne porque si no, allí donde haya elecciones, la nueva política va a quedar fulminada por la vieja. Y mientras, sin gobiernos hasta después del verano, y déjate. Y con los parlamentos sin hacer absolutamente nada. Eso sí,  cobrando y tú pagando. Y a ver si no quién paga el casoplón. A ver si no quién devuelve las ilusiones.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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