Expósito: "Lo que Putin no imaginaba es que sus propios soldados iban a abrir la puerta a los mercenarios"
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El Ejército ruso y Rusia son un desastre. Los mandos de ese ejército son unos corruptos. Hay fallos y agujeros en la cadena de suministros y de armamento. La tropa está sin moral y sin preparación hasta el punto de que se ha demostrado que una banda de mercenarios puede poner en jaque mate a un Ejército más o menos oficial y hasta al mismísimo Kremlin.
Me cuentan que los propios soldados rusos (recordemos que el mando Sur de las Fuerzas Armadas de Putin está en Rostov) les abrieron la ciudad de par en par, no fuera que los Wagner entraran a lo bestia.
Y una última píldora a modo de introducción. Se habla del papel de Lukashenko, presidente de Bielorrusia, como mediador entre Putin y Progozhyn. Por favor... Lukashenko es un títere. Esta marioneta no hizo nada. Solo obedeció a su amo, el todavía presidente rudo.
Por cierto, ¿y los Wagner? ¿Alguien se cree que los miles de mercenarios se han disuelto como un azucarillo, o que se han ido con sus mochilas de odio a Bielorrusia? Por favor...
Otra variable muy interesante es qué pensarán la mayoría de los rusos. Por supuesto que hay millones de rusos tan ultras como Putin o más pero, ¿y la gente normal y corriente? ¿Qué sensación tendrán? ¿Te imaginas la desazón, el vacío de poder y los recuerdos del soviet, de la descomposición de la Unión Soviética?
Puestos a hacerme preguntas, ¿qué esperaba Vladimir Putin? ¿Que las bestias del Grupo Wagner iban a funcionar como un ejército regular, con moral y con reglas de enfrentamiento? ¿Con lealtad y honor de militares de verdad?
Cuando una manada de bestias anda suelta y encima les pagas tú, lo más normal es que se vuelvan contra ti a las primeras de cambio. Es solo cuestión de tiempo y, sobre todo, si enfrente hay un pueblo orgulloso y un Ejército de verdad con moral alta, apoyados por una coalición internacional con Inteligencia y dinero (por ahora), pues apaga y vámonos.
Digamos que nadie quiere morir. Ni un mercenario a sueldo, ni un soldado reclutado a la fuerza.
Sobre el tal Yevgueni Prigozhin, esta tarde ha roto su silencio con un audio publicado en sus redes sociales. Advierte de los problemas de seguridad en Rusia, y dice que la rebelión fue a modo de protesta.
Propietario de un ejército privado que mata al servicio del mejor postor, desde Chechenia a Ucrania, pasando por Siria, Malí o República Centroafricana. Se cuenta que empezó con un puesto de perritos calientes tras cinco años en la cárcel por un robo cuando era un adolescente. Poco después montó un restaurante y ahí conoció a Vladimir Putin y a su pandilla de oligarcas y espías como clientes.
A continuación (y con su apoyo) fundó un inmenso catering para suministrar raciones de comida al ejército ruso y a los colegios de alrededor de Moscú. Ya como contratista del Kremlin y sus satélites, lo siguiente resultó un incipiente y pequeño grupo de mercenarios reclutados entre los más bestias, sin escrúpulos ni límites, de las cárceles rusas. De ahí pasó al ejército de salvajes Wagner que ahora se ha rebelado contra Putin y, en concreto, contra el ministro de Defensa.
1.- Estaba claro, casi desde el principio del intento de la invasión de Ucrania, que esta locura iba a reventar de un modo u otro. Pero con el Ejército ruso hecho unos zorros, humillados y vapuleados por Ucrania y por los Wagner, pues a lo mejor no se esperaba tanto.
2.- Lo que Putin no imaginaba es que sus propios soldados iban a abrir la puerta, rendiditos, a los mercenarios en Rostov.
3.- La comunidad internacional (nuestra comunidad internacional) siempre barajó la posibilidad de una rebelión interna que acabara con Putin. Lo que ocurre es que una guerra civil (o casi) quizás sea demasiado.
4.- Zelensky, mientras tanto, presencia cómo Putin amenaza a sus propios mercenarios, y ve cómo estos le insultan, le humillan y se le revuelven.
5.- Hace unos días se iniciaron en Londres sesiones multinacionales para la reconstrucción de Ucrania. Siempre hablamos del futuro después de la guerra, cómo se reconstruirá aquello. Pues a lo mejor hay que empezar a pensar cómo se reconstruirá Rusia, sobre todo, en clave política.
¡AH! Y MI POSDATA... El problema es que Prigozhin es peor que Putin aunque parezca imposible. Y que los oficiales rusos y los magnates son tan corruptos como los mercenarios. O más. Así que, por el momento, mejor no pensar lo que esta panda puede hacer con el anticuado y desfasado arsenal ruso si en una de estas cualquier arma nuclear o no cae en manos de uno más lunático y más psicópata que el anterior.