Diego Garrocho recuerda a una asesora de Trump y lo compara con la opinión de Pilar Alegría sobre Begoña Gómez

El profesor de filosofía señala el ejemplo de Kellyanne Conway y lo que dijo sobre la toma de posesión del expresidente de Estados Unidos

Diego Garrocho y Pilar Alegría
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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Voy a empezar con algo que parece casi un trabalenguas pero tiene perfecto sentido. Aristóteles decía que la verdad es decir de lo que es, que es, y de lo que no es, que no es. Vaya, lo que todos entendemos por un juicio sincero. Pero la ministra portavoz, Pilar Alegría, que a la sazón lo es de Educación y por lo tanto se le presupone una solvente competencia lectora, hoy ha demostrado respetar muy poco este principio de veracidad. 

Al hilo de la resolución de la Audiencia Provincial de Madrid sobre la causa que investiga a la mujer del presidente (su jefe) se ha aventurado a afirmar que el auto dice exactamente lo contrario de lo que dice. Los magistrados han avalado la investigación y aunque acotan las diligencias y dejan fuera lo que atañe al rescate de Globalia, conforman lo razonable de las pesquisas y señalan que la instrucción del juez está bien justificada.

Frente a estos hechos, no alternativos, sino hechos contrastables y en un ejercicio de hermenéutica imposible, la ministra Alegría ha expresado que la Audiencia avala sustancialmente los recursos interpuestos por la defensa de Begoña Gómez y que se confirmaría la existencia de una investigación prospectiva.

Es decir, la ministra portavoz subvierte el sentido del auto para convencernos de que los jueces no dicen lo que dicen y que dicen lo contrario de lo que han dicho. Un lío, vaya.

El ejemplo de la asesora de Trump

Y esto me recuerda necesariamente lo acontecido hace años en Estados Unidos. Fue en 2017 cuando Kellyanne Conway, asesora de Donald Trump, señaló que en la investidura, en la toma de posesión de su jefe como presidente, se congregó la mayor multitud de la historia que se ha dado en el mall de Washington para la toma de posesión de un presidente.

El dato era evidentemente falso y bastaba una sola imagen para evidenciar que esto era mentira. Cuando el entrevistador le preguntó por qué mentía con hechos tan contrastables que se podían verificar, esta asesora lo que dijo es que ella lo que estaba ofreciendo eran “datos o hechos alternativos”. Así que ya saben que, cada vez que quieran mentir en público, recuerden que pueden invocar una realidad alternativa que se acoja a la voluntad de sus superiores.

Sin embargo, no me voy a referir a ningún filósofo, sino me voy a quedar con lo que dijo el propio entrevistador Chuck Todd, que dijo que los hechos alternativos no son hechos. Son, como la lectura del auto de la ministra, una simple e interesada mentira.

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