Dos amigos de la guardería crecen juntos en Dumbría y terminan heredando el sueño de sus dos padres

Tiago Fernández y Iago Larrañaga han llegado muy lejos gracias a la pasión que sus padres les han trasmitido a lo largo de sus vidas y que, hoy, comienza a dar sus frutos

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Dos amigos de la guardería crecen juntos en Dumbría y terminan heredando el sueño de sus dos padres

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El Voleibol es un deporte que poco a poco está creciendo en nuestro país. Ángel Expósito ha relatado en La Linterna la historia de dos jugadores que han transmitido a sus hijos su pasión por este deporte. En Dumbría, un pueblecito de Galicia, Luis Alberto Fernández y Gurutz Larrañaga estuvieron practicando esta disciplina durante muchos años. En el 2007 decidieron crear un club para que los más jóvenes puedan disfrutar de la pelota. La academia se llama 'Volei Dumbría'.

17 años más tarde son sus dos hijos, de 16 años, quienes han cogido el testigo: “Es una alegría que tus hijos acaben a lo máximo que pueden llegar en categorías inferiores”. Tiago Fernández, el hijo de Luis Alberto, y el hijo de Gurutz, Iago Larrañaga, comparten vestuario en la selección española sub 18 de voleibol. Los chavales, al igual que sus padres, llevan juntos toda la vida.

Dos generaciones unidas por el voleibol

El club 'Volei Dumbría' cuenta con una gran cantera entre sus jugadores. Han necesitado, tan solo, un par de años para participar en un campeonato y, desde entonces, no han parado de alcanzar metas. Ahora Iago y Tiago juegan en la selección sub 18 de España. Siempre habían soñado con ello, y no ha sido un camino fácil: “Para llegar tuvimos que entrenar durante mucho tiempo muy duro”. El éxito de estos deportistas depende de varios factores: “Para llegar te tienen que ver los seleccionadores, les tienes que gustar y te tienen que convocar”.

Iago y Tiago no habrían llegado hasta aquí, si sus padres no les hubieran transmitido su pasión por este deporte: “Si no fuera por él, yo no estaría aquí. Él fue quien me entrenó desde pequeño y me puso la ilusión de jugar al deporte”. Iago coincide en que ha sido fundamental el apoyo de sus progenitores: “Gran parte de lo que estamos consiguiendo se lo debemos a ellos”.

Ambos jóvenes tienen muy claro que su futuro pasa por este deporte. Se sienten preparados para afrontar la dureza del entrenamiento semanal y los sacrificios: “Martes, miércoles, jueves y viernes entreno dos horas cada día y sábados y domingos tengo partidos. Los lunes descanso para el martes volver a empezar”.

"Gran parte de lo que estamos consiguiendo se lo debemos a ellos"

Como buenos deportistas tienen una meta: “Me gustaría llegar a jugar en la máxima categoría del voleibol español y seguir yendo con la selección española”. Iago y Tiago llevan juntos prácticamente toda la vida... Fueron al mismo colegio, el Manuela Rial, un colegio simbólico del voleibol desde la los años 80. Compartir vestuario haciendo lo que más les gusta no tiene precio

“Fuimos juntos a la guardería y, al final,

”.

Esta forma de vida les está enseñando cómo afrontar las situaciones en las que las cosas no salen bien; como perder un partido. Esa confianza se la deben a sus entrenadores, sus padres: “Mi padre sigue siendo mi entrenador y hay más confianza, por lo que te exige un poco más. No me puedo quejar”.

Iago Larrañaga y Tiago Fernández son dos jóvenes que han seguido el camino de sus padres, jugadores de voleibol en Dumbría, un pueblo de Galicia. Hoy juegan en la Selección Sub 18. Iago y Tiago saben que sin el esfuerzo de sus padres no habrían llegado hasta aquí, por eso solo tienen palabras de agradecimiento para ellos.

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