La primavera "real" se está adelantando

En medio de un invierno tardío, acompañado de un ‘pasillo de borrascas’, la primavera se va abriendo paso. Y todo apunta a que lo va a hacer un poco antes de lo previsto. La estación más floral se adelanta año tras año, tal y como ha explicado el director de la revista QUO Jorge Alcalde: “en el Polo Norte parece que se adelanta hasta 16 días la llegada de los primeros signos primaverales”.

Algunos de estos procesos fenomenológicos, como el movimiento de las aves o el nacimiento de las primeras raíces bajo el permafrost, “se adelantan 4 días por cada 10 grados de latitud que vamos subiendo en la Tierra”. En el caso de España, ha señalado Alcalde, la primavera se ha adelantado “uno o dos días de media en los últimos 10 años”.

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Una primavera que llega en medio de un ‘pasillo de borrascas’ cargado de lluvias, viento y fuerte oleaje. También las temperaturas son muy bajas. Y los investigadores tratan de encontrar una respuesta al intenso frío que está haciendo en varias partes del mundo, y cuyo origen, según una nueva investigación, podría estar en el calentamiento súbito de la estratosfera. El catedrático de geografía de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, ha explicado que este hecho “ocurre en la parte más alta de la atmósfera dónde se mueven los fenómenos meteorológicos. El calentamiento podría estar provocado por erupciones continuas en la península de Kamtachtka, en Rusia, en el extremo oriental (…) el polvo volcánico, en origen caliente, habría subido a la alta atmósfera (…) y causado ese calentamiento súbito”.

Un calentamiento que afecta directamente a los vientos que circulan en torno al Polo norte, los que  retienen la masa de aire fría durante los meses de invierno. Estos vientos comienzan a circular más lentamente, “se producen ondulaciones” y el aire frío se descuelga hacia Norteamérica, Europa occidental…

Jorge Alcalde ha recordado que el volcán Toba produjo hace 74.000 años una situación muy similar cuyas consecuencias se prolongaron “durante 7 años seguidos (…). Los días eran oscuros y las noches rojas”. Unos pocos resistieron a los efectos de este fenómeno, “nuestros ancestros, el homo sapiens sobrevivió a aquello”.