Un restaurante de San Blas recibe una petición de una vecina en plena reforma y el local no vuelve a ser igual

Jaime estaba a punto de abrir su local, 'Casa Carmela', cuando un encuentro con una vecina del barrio madrileño trastocó sus planes

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Un restaurante de San Blas recibe una petición de una vecina en plena reforma y el local no vuelve a ser igual

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Son muchas las historias que conocemos cada semana en La Linterna, algunas de ellas se basan en un mero encuentro, ya sea con un mendigo, un trabajador social o cualquier otra persona que te cambia la vida. En este caso, la petición de una simple vecina le trastocó los planes al dueño de un local del barrio de San Blas, en Madrid, que tras un encuentro con la mujer en plena reforma, decidió darle un vuelco a su vida, como contaba este viernes Ángel Expósito.

Hace casi tres años, a principios del 2020, Jaime Rincón estaba reformando su restaurante Casa Carmela en el barrio madrileño de San Blas. Pero en medio de esa reforma, llegó la pandemia. Lo que parecía una oportunidad, de la nada, dejó de serlo. En mayo de ese mismo año, Jaime y sus compañeros deciden retomar la reforma para tenerlo todo a punto cuando pudieran abrir. Un día, justo cuando estaba saliendo, una mujer se acercó y empezaron a hablar. Lo que le dijo cambiaría sus planes para siempre.

La petición de una vecina de San Blas al restaurante

Una pregunta simple y evidente: Le pidió algo de comer. "En ese momento, se dio cuenta de que había surgido una nueva oportunidad, la de ayudar", explica el director de La Linterna. Y es que, si algo tenía claro Jaime era que no iba a dejar sin comida a esa mujer. Era una vecina aparentemente normal, que realmente necesitaba que alguien le echase una mano. Pero Sandra, una de las compañeras de Jaime y vecina del barrio, le dijo que cada vez más personas necesitaban ayuda para comer.

"Siempre ha sido un barrio de gente media tirando a baja, y estaba la cosa bastante fastidiada. Todo esto en casa, no podíamos salir. Me comentó más o menos la idea que quería hacer y nos pusimos a ello, para que las personas pudieran recibir la ayuda, de la manera que fuera", explica la propia Sandra en los micrófonos de COPE.

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El local no vueleve a ser el mismo

Así, y tras ese episodio, se pusieron manos a la obra y empezaron su proyecto 'Comida para todos', una forma de hacer llegar menús completos a personas que lo necesitan. Comenzaron repartiendo apenas 20 menús, pero Jaime recuerda bien que la necesidad fue en aumento, como explica el propio Jaime en La Linterna: "El 4 de mayo empezamos a repartir 20. A medida que se fue conociendo la labor más gente se iba interesando y entraban más donaciones, por lo que subimos el número de menús. En junio empezamos a entregar 50, desde julio hasta diciembre 100 menús diarios y durante el 2021, 60, porque ya había familias que empezaban a trabajar otra vez".

Lo cierto es que estos menús van cambiando cada semana. Hoy, por ejemplo, tocaba de primero patatas guisadas, y después carne. Se reparte un poco de todo porque tratan de que los menús se adapten a cualquier persona que lo necesite: niños, mayores. "Los menús son muy balanceados para que, de lunes a viernes, te lleguen todos los nutrientes", explica Jaime.

"Hay gente que viene llorando porque no tiene para comer"

Andrés empezó a ayudar hace dos años. Es vecino del barrio y sintió la obligación de hacer algo. Sabía que había una necesidad y que 'Comida para todos' era una muy buena iniciativa: "Preparo los menús que corresponda o me dija Jaime y ya después otra persona se lo lleva a la iglesia, donde lo reparten. Lo más bonito es ver gente que no tiene nada y, por lo menos, se sienten algo reconfortados con la comida", relata.

Sandra coincide con Andrés. Lo más bonito para ella es ver como personas que no tienen para comer, pueden hacerlo, y sobre todo los niños. Confiesa en COPE que gente sin hogar, hay pocos, la mayoría de las personas que van son familias. Y al mismo tiempo, eso es lo más complicado que tienen que vivir. Familias que no tenían forma de dar de comer a sus pequeños: "Muchas veces hay personas que han venido llorando porque no tenían para comer, que nos creemos que en España no pasa,pero sí pasa"

Más allá de dar de comer en San Blas

Pero esta casa de comidas va más allá. No solo reparten los menús diarios, sino que además realizan toda una labor social. "Tenemos un centro de formación para jovenes en situación de riesgo de exclusión social. Hemos formado cerca de 100 chavales y ya 30 tienen empleo", comenta Jaime. Uno de esos jóvenes que están en proceso de formación es Santos. Se encontraba en una situación complicada, cuando le ofrecieron esta oportunidad.

Ha sido la forma de reconducir su vida. Ahora tiene muchas ganas de trabajar, está dispuesto a todo, está feliz: "Me ofrecieron una oportunidad para formarme, crecer laboralmente y en mi vida. Hay compañerismo y buena energía". Así que lo que empezó con una simple reforma se ha convertido en algo mucho más grande. Por eso, cuanta más ayuda externa reciban, mejor pueden hacer su labor.

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