El truco de la psicóloga García Moreno para evitar la ansiedad por la publicidad en internet: "Hace años se decía"

Vivimos en un mundo donde todo es para “ya”. La inmediatez se impone y la paciencia parece haber quedado en el olvido. Nos irritamos si una pagina web tarda en cargar, si hay una cola en el supermercado o si no conseguimos lo que queremos en cuestión de segundos. Pero, ¿qué impacto tiene esta necesidad de satisfacción instantánea en nuestra salud mental? La neuropsicóloga Aurora Garcia Moreno explica cómo esta dinámica afecta a nuestro bienestar emocional y cognitivo.

La gratificación inmediata y sus consecuencias

“La gratificación inmediata tiene un impacto muy significativo en la salud mental”, señala García Moreno. “Afecta al estado de ánimo y, en definitiva, a la calidad de vida, porque dificulta el autocontrol y la autorregulación emocional”. En una sociedad donde el esfuerzo parece cada vez menos necesario, posponer la satisfacción se convierte en un reto difícil de asumir.

Según la especialista, esta sobrecarga de estímulos influye en funciones cognitivas clave como la atención, la concentración y la toma de decisiones. También afecta a la interacción social, fomentando relaciones más superficiales y reduciendo nuestra capacidad para afrontar problemas. “Provoca estrés y ansiedad cuando no se obtiene lo deseado de manera inmediata, lo que genera insatisfacción y una menor tolerancia a la frustración”, advierte.

¿Qué factores influyen en esta necesidad de inmediatez?

Para la neuropsicóloga, la clave está en el autocontrol y la impulsividad, pero también en el impacto de las nuevas tecnologías. “Las redes sociales, las compras online y la presión del grupo fomentan respuestas rápidas y poco reflexivas. Además, muchas personas buscan aliviar el estrés o la ansiedad con conductas compulsivas como comprar sin control o comer en exceso”, explica.

Desde el punto de vista neurológico, el problema radica en la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado al placer. “Nuestros antepasados necesitaban recompensas inmediatas para sobrevivir, y hoy ese mismo mecanismo se activa con estímulos como los videojuegos, las redes sociales o el consumo compulsivo. El cerebro se acostumbra a esa sensación placentera y refuerza la búsqueda de placer inmediato, lo que puede llevar a una insatisfacción crónica”.

¿Cómo afecta a la sociedad?

García Moreno advierte que esta tendencia tiene un impacto claro en la manera en que tomamos decisiones y afrontamos el día a día. “Dificulta el autocontrol y el esfuerzo, promueve el consumismo y genera relaciones más superficiales. La inmediatez nos hace descuidar responsabilidades diarias para satisfacer necesidades momentáneas”, apunta.

¿Cómo combatir la gratificacción inmediata?

El primer paso es cambiar la perspectiva. Para ello, la experta recomienda fijar objetivos claros y aprender a posponer la satisfacción. “Es importante identificar qué desencadena esa necesidad de inmediatez, ya que muchas veces responde a momentos de estrés o ansiedad”.

También es fundamental modificar hábitos y desarrollar el pensamiento crítico, reflexionando sobre las consecuencias de nuestras decisiones. “Muchas personas no son conscientes del impacto de estas conductas. Hay que fomentar la previsión y la planificación para recuperar el control sobre nuestras acciones y emociones”, concluye García Moreno.