Gema perdió a sus padres durante la pandemia y, pese a las circunstancias, tomó una decisión que dejó a todos abrumados: "Hacía falta"
Esta madrileña ha contado su historia en 'La Mañana Fin de Semana' y se le han saltado las lágrimas al recordar el episodio que marcó el confinamiento
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Han pasado cinco años desde que el mundo se parara por completo. Calles vacías, negocios completamente cerrados. Silencio absoluto. En algunos casos, abrumador. El 15 de marzo, en pleno confinamiento, solo podían escucharse aplausos desde los balcones y el sonido atronador de ambulancias, fuerzas y cuerpos de seguridad y trabajadores esenciales que hicieron que el mundo siguiera con vida.
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Y entre tanto dolor, aún seguimos conociendo historias que nos encogen el corazón. Una de ellas es la de Gema, una cajera que trabajaba, por aquel entonces, en un supermercado de Pinto, en Madrid.
Un trabajo que sigue ocupando a día de hoy y que ha contado su testimonio este sábado en 'La Mañana de Fin de Semana', donde se ha confesado con Fernando de Haro. Un testimonio durísimo, pero que merece la pena escuchar.
"SABÍAMOS QUE ERA PRIMORDIAL"
Pese al confinamiento y el estado de alarma, Gema fue a trabajar. Recuerda aquella época como "un poco difícil" y al pensar en ello, se le ponen las emociones "a flor de piel".
Imagen de archivo
"Nosotros sabíamos que éramos primordiales, no podíamos faltar porque éramos esenciales", ha contado a los micrófonos de COPE. Ha relatado que los primeros días tuvieron que trabajar sin ningún tipo de protección: ni guantes ni mascarillas. Algo que a los pocos días cambió, cuando les dieron esas medidas de protección. "En ningún momento pasamos miedo", ha admitido, pese a que las cifras de fallecidos por aquel entonces no hacían más que crecer.
Fue entonces cuando comenzaron a poner aforos en el interior y todo comenzó a estar más controlado. Y es que pese a estar expuesta cada día al virus, Gema no cogió el covid. No lo hizo, pero sí lo hicieron sus padres. "Lo cogieron los dos y fallecieron", ha confesado, y con solo una semana de diferencia. Vivían en casa.
Ella vivía con su marido y para ver a sus padres, se asomaba a la ventana, hacían llamadas e incluso videollamadas. "Los hospitalizaron a los dos. Hubo un momento en que primero ingresó mi madre y a los pocos días ingresó mi padre. Y luego a mi padre le dieron el alta porque en principio la cosa estaba mejor, le mandaron a casa y luego le volvieron a hospitalizar a los dos días otra vez y ya estaba cada uno en diferentes hospitales", ha relatado.
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La decisión de Gema después de perder a sus padres
Ha contado que sí pudo estar con su madre, pero no con su padre. Con él estuvo su hermano porque siempre "tenía que pasar el mismo". No se pudo despedir de su padre más que por videollamada. Un episodio "muy duro" y con el que se le han saltado las lágrimas.
Y es que, pese a todo, Gema sabía que su papel en la sociedad era fundamental, primordial y que muchas familias seguían dependiendo de ella y de su trabajo. Sin ella, el mundo se habría parado. Gema fue a trabajar. "Aquí hacía falta gente y yo ya no podía hacer nada por mis padres. Entonces también me vino a mí bien para estar activa, ayudar y no pensar", ha confesado.
Una historia, la de Gema, que encoge el corazón y demuestra, todavía a día de hoy, que cientos de miles de personas se jugaron su vida para mantener el mundo, como decimos, con vida.