Foto de Cierre (28-01-2018) - Arañitas de luz

Me quedo hoy para terminar con una foto que publica la Vanguardia. Es una imagen que podría haberse tomado hace una hora u hora y media. Antes de que los dedos rosados del alba hubieran asomado. La imagen está tomada desde un satélite y tiene precisamente como protagonista las viejas tierras de Grecia, en el centro del retrato. A la izquierda la bota italiana y al fondo las ya lejanas tierras del norte de Europa. La oscuridad del continente se vuelve azul, primero marino, luego turquesa, antes de que el horizonte se perfile sobre un cielo estrellado, estrellas en compañía de una luna llena, plena, vigilante, señora pacífica, serena de la noche.

La foto ilustra un reportaje sobre la iluminación del mundo. La tierra antes del alba está salpicada de destellos amarillos, los destellos de pedanías, aldeas, pueblos, ciudades, mega urbes, las arañitas de luz forman una gran mancha en el norte de Italia, en los bordes de la península. En en la costa croata esas arañitas están dispersas y tenues, que las gentes de la antigua Yugoslavia son pocas y viven dispersas. E intenta uno imaginarse cuanta vida hay detrás de esas arañitas de luz y le da a uno vértigo.

Detrás de esos destellos amarillos está el flexo del estudiante que se examina mañana, inseguro, ansioso, ilusionado, está la luz de madrugada encendida por la madre que ha velado al hijo con calentura, la lámpara insomne de la sala de cuidados intensivos del hospital en la que las enfermeras laboriosas cuidan de un paciente que cuelga de un hilo, está el foco del velorio, el del paritorio, las farolas cívicas que iluminan al sin techo bajo sus cartones, al santo bebedor que no consigue librarse de la tiranía de la botella, que se lo propone todas las mañana y que ahora anda dando tumbos, a los amantes a los que la noche se les ha hecho corta, que el último beso invita al siguiente, da vértigo pensar cuántas historias, cuanta vida hay detrás de las arañitas de luz, cuánto deseo, cuánta herida, cuánta insistencia en vivir, en esperar, en querer felicidad detrás de las arañitas de luz.