El Palacio Real de la Magdalena, morada de Reyes en Santander, sigue atrayendo a miles de turistas
Se trata del edificio más emblemático de la capital cántabra y uno de los más destacados ejemplos de la arquitectura civil del norte de España
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En esta sección de Lugares con Historia de La Mañana del Fin de Semana nos vamos a fijar en este icono de la arquitectura cántabra, con la ayuda de Juan Carlos Flores Gispert, autor del libro “El Palacio Real de la Magdalena” de Ediciones Tantín.
El Palacio de la Magdalena de Santander ha tenido una historia verdaderamente intensa, que ha ido reflejando la situación política y social de España. Ubicado en la parte más alta de la Península de la Magdalena y rodeado de unas increíbles vistas tanto a la Bahía de Santander como al Sardinero, fue la residencia de verano del Rey Alfonso XIII, el bisabuelo del actual Rey, hasta que llegó la II República. Desde 1913 hasta 1930. En una etapa crucial en la historia reciente de España. Fue un regalo de la ciudad de Santander al monarca. Y los santanderinos se rascaron el bolsillo. Pusieron dinero, cada uno, claro, según sus posibilidades, para hacerlo realidad. Todos entendieron que los veraneos de los Reyes serían un gran impulso para la ciudad.
Fue un acierto que la ciudad de Santander regalase el Palacio de la Magdalena al Rey, porque sirvió para su despegue turístico. Los veraneos de Alfonso XIII y su familia atrajeron a Santander a sus parientes europeos, a gente de las altas finanzas, de la burguesía. Gracias a su presencia se convirtieron en realidad los elementos que hicieron de la capital cántabra una renombrada ciudad de veraneo en España. El Hotel Real, por ejemplo, el nuevo Gran Casino del Sardinero, o el Campo de Golf de Pedreña.
A pesar de su estilo señorial, este Palacio facilitaba el encuentro de los miembros de la Familia Real, mucho más que los que habitaban el resto del año. Hacían una vida más en común. De las habitaciones se encargó la Reina, Victoria Eugenia.
Una vez que se acabaron los veraneos reales con la llegada de la II República, fue sede de la Universidad Internacional de verano, fue también hospital, y residencia temporal para los afectados del gran incendio que asoló Santander en 1941. Y en 1977 D. Juan de Borbón, el 5º hijo de Alfonso XIII, que era el heredero del Palacio, se lo vendió al Ayuntamoento de Santander por 150 millones de pesetas. Y, desde entonces, además de utilizarse para eventos, congresos, bodas; el palacio está abierto al público. Actualmente es la sede de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.