Antonio Herraiz: "El miércoles los brotes no eran una mala noticia y hoy hay una trasmisión local preocupante"

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El Gobierno admite ahora que hay una trasmisión comunitaria preocupante. Es decir, una trasmisión local, entre familiares y amigos, que inquieta en Sanidad. Esa preocupación que ahora dicen tener llega apenas un par de días después de que el presidente Pedro Sánchez restara importancia a los brotes: “No tiene porqué ser una noticia negativa por que lo que se está demostrando es que tenemos un sistema de salud para poder hacer frente a estos rebrotes. Tenemos una respuesta cada vez más anticipada”. Lo que el miércoles no era una mala noticia, ahora inquieta y preocupa más de lo normal. Como ven, todo muy tranquilizador.

Antonio Herráiz sobre la incongruencia de los datos

Aquí hay varios frentes abiertos. El primero el de los datos. No coincide lo que cuentan las comunidades autónomas y lo que reconoce el Gobierno. Esta fue la tónica diaria durante todo el estado de alarma y se mantiene. Si tomamos la referencia de las últimas horas, según Sanidad se han registrado 580 nuevos casos de coronavirus en el conjunto de España. En cambio, solo en Cataluña contabilizaron 1.293 nuevos contagios. El desfase es evidente y la preocupación también. Si no sabemos ni contar los nuevos contagios, cómo vamos a saber cómo hacerles frente.

Siguiente capítulo. Ahora que ya sí preocupa esa trasmisión comunitaria la pregunta es cómo la van a afrontar. Y la respuesta la encontramos en ciudades como Lérida. Si el virus se extiende la única alternativa que plantean desde la administración es el cerrojazo.

Una especie de estado de alarma selectivo, con todas las consecuencias económicas que ya conocemos. Ahí está el sector de la hostelería y otros tantos más. En Cataluña, la Generalitat recomienda no salir de casa en Barcelona y no viajar a las segundas residencias. Y nos situaremos también en Zaragoza, donde no hay prohibición de salir, también es una recomendación.

Y hoy son noticia los Junquera, Romeva, Rull, Turull y compañía. Los políticos catalanes sediciosos, condenados a penas de entre 9 y 13 años de cárcel, disfrutan ya de su primer fin de semana en semilibertad. De este modo, pueden pasar tres noches en su casa. Es la consecuencia del tercer grado aprobado primero por las prisiones catalanas y después por la Generalitat. Este régimen les llega apenas 9 meses después de conocerse la sentencia.

Y te preguntarás, ¿Por qué tan rápido? Pues porque en la sentencia no se contempló la aplicación del artículo 36.2 del Código Penal que indica que el condenado no puede acceder al tercer grado hasta que haya cumplido la mitad de la condena impuesta. No fue el caso y están en la calle. Estamos pendientes de un posible recurso de la Fiscalía que de momento no ha movido ficha.

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