Antonio Herraiz: "Sánchez se pone de perfil y deja a las comunidades que actúen por su cuenta"
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En medio del avance imparable de la pandemia, con más de 20.000 contagios en un solo día en España, el presidente del Gobierno ha comparecido hace justo una hora. Ha sido una declaración institucional que no estaba prevista a primera hora, que han improvisado desde Moncloa y en la que se esperaba algún anuncio importante.
Sobre todo, si se va actuar de forma conjunta, si el Gobierno va a hacer algo para dotar del paraguas legal necesario para que las comunidades autónomas que lo están solicitando puedan imponer el estado de alarma.
Nada, de nada. Todo ha quedado en una nueva operación de marketing para frenar el protagonismo que ha cobrado Pablo Casado tras la moción de censura. El presidente del Gobierno sigue fiándolo todo a las medidas de las comunidades autónomas y a la responsabilidad de cada uno. Sánchez ha reconocido lo que ya sabíamos, que la situación es grave y que vienen meses duros.
El objetivo es evitar un confinamiento como el que vivimos en primavera y dice que hay que actuar con determinación, unidad y disciplina social. Vamos, que cada cual se las arregle. Así no lo ha explicado: “Les propongo que nos fijemos objetivos a lograr durante las próximas semanas. Debemos lograr una incidencia acumulada por debajo de los 25 casos por 100.000 habitantes. Como ocurrió en la primera ola lo vamos a poder lograr de nuevo si tenemos la máxima disciplina social, si contamos con la máxima resistencia, con el espíritu de equipo imperioso si queremos lograr este objetivo colectivo y con moral de victoria”.
La disciplina social y el resto de frases vacías de contenido son las recetas del presidente para frenar el virus. Esto es lo fundamental que ha dicho el presidente Sánchez, que ha sido, una vez más la nada, en medio de una tremenda confusión por las medidas que siguen imponiendo las comunidades autónomas sin una directriz clara y común del Gobierno.
Nuevas restricciones en la Comunidad de Madrid
Apenas una hora y media antes de la declaración institucional de Pedro Sánchez, la Comunidad de Madrid anunciaba sus propias restricciones que entrarán en vigor una vez que decaiga el estado de alarma, este sábado a las cinco de la tarde. Lo más llamativo es la prohibición de las reuniones sociales, de todo tipo de reuniones sociales, ya sea en ámbitos públicos como en privados, desde las doce de la noche a las seis de la mañana.
Si no convives en la misma casa, nada de encuentros, ni cenas, ni fiestas en domicilios en esa franja. En esa franja horaria, en esa especie de toque de queda cierran los parques infantiles para evitar los botellones. La hostelería, los cines y los teatros en la comunidad de Madrid tendrán que cerrar antes de las doce de la noche. En el caso de los comercios, a las diez de la noche. Esto ya a partir de mañana. Desde el lunes, entran en vigor medidas específicas en 32 zonas básicas de salud de la comunidad que verán su movilidad restringida.
Así podríamos seguir con otro tipo de medidas que van aplicando las comunidades por su cuenta, como Castilla y León, Andalucía o Valencia se anticipan al Gobierno y han propuesto el toque de queda a la espera de tener garantías legales. De momento, Sánchez hoy se ha quitado de en medio y se ha vuelto a poner de perfil. Si la cosa empeora, siempre podrá decir que la culpa fue de otros.