Balance político del 2023: Del mayo azul, a las generales donde Sánchez consolidó su Frankenstein

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Muy buenos días. Desde las 6 te venimos acompañando en La Mañana de Fin de Semana de COPE, la última de este 2023. Es 31 de diciembre y faltan 16 horas para que escuchemos este sonido.

Es el sonido de las campanadas de la Puerta del Sol desde un reloj cuya imagen todos tenemos guardada en la memoria infantil. Hoy es un día en el que recurrimos a tradiciones, a clásicos. Y no faltan las 12 uvas.

Este frutero de Logroño nos da una clave. La uva más vendida para esta noche es la que no tiene pepitas. Que es mucho más fácil de comer sin riesgo de atragantarse.

Es verdad que la celebración de esta noche en algunos lugares la han ido adelantando. En algunos sitios lo hacen para que los más pequeños puedan compartir el momento. En Galicia, en Vilagarcía de Arousa, montan una fiesta al mediodía y llevan así 25 años. En Pontevedra un par de horas más tarde. En Salamanca lo hacen incluso mucho antes. El pasado 14 de noviembre 20.000 jóvenes llenaron la Plaza Mayor de esta ciudad universitaria por excelencia, dieron cuenta de 12 gominolas en forma de uvas verdes, rojas y amarillas y despidieron 2023 antes que nadie. Por si acaso.

Y luego hay celebraciones con una clara intención de difundir su producto más típico. En el caso de Jabugo, este sábado, han celebrado las pre campanadas comiéndose, no te voy a sorprender, 12 lonchas de jamón ibérico. En Huelva capital con fresas, en Isla Cristina con gambas. Y esto que te voy a contar ahora, cuesta más asimilarlo. Pero lo han hecho, también este sábado. En Soria, por cada campanada, se han comido un torrezno.

Pues eso, Feliz Torrezno. Había que ver esas caras de felicidad y a la vez de no poder porque, evidentemente, el torrezno estaba cortadito en porciones pequeñas, pero aun así, con la corteza y todo, cuesta seguir el ritmo. No es igual que con las uvas.

Como ves, cada uno se lo monta como puede para despedir el año. Aquí en COPE, no te va a faltar la compañía de la radio en un Especial Nochevieja, comandado por Mónica Álvarez, que comienza a las once de la noche y que te llevará a tu casa las campanadas en directo.

Todo esto es parte de lo previsible, de lo que va a pasar en una noche tan especial como es la de fin de año. Y lo previsible en un día como el de hoy es también hacer balance. En España hay una fecha en la que lo ha cambiado todo para no cambiar nada. Después de la victoria en las municipales del 28 de mayo, Pedro Sánchez -en una jugada maestra para sus intereses- adelantó las elecciones generales al 23 de julio. Y dio la vuelta a las encuestas y contra todo pronóstico consiguió salvar una ecuación que parecía imposible para seguir en el poder. ¿A costa de qué? De traicionar su propia palabra y sus compromisos.

En 2024, por aquello de mirar ya al año que comienza mañana, Sánchez va a cumplir una de sus promesas. Al menos es su intención y de ella depende su continuidad en Moncloa. El presidente prometió que iba a traer a España al fugado Puigdemont y lo va a cumplir. En un matiz menor, lo hará con una alfombra y no esposado para que rindiera cuentas ante la Justicia, que es realmente lo que dijo el presidente que iba a hacer con el delincuente forajido.

¿Cuál va a ser la gran demanda de los separatistas durante el próximo 2024? El referéndum de autodeterminación. Y será la auténtica espada de Damocles, la amenaza permanente que penderá sobre Sánchez. Y eso se lo ha repetido Puigdemont en multitud de ocasiones. O cumple, o el pacto se rompe. Además, se lo dicen con mucha claridad. Lo ha hecho en las últimas horas el presidente Pere Aragonés.

La amnistía tampoco era constitucional y lo ha terminado siendo. ¿Por qué no va a pasar lo mismo con el referéndum? Ahora, a lo largo de este año, toca idear la fórmula.

Y luego hay un acuerdo del que no nos han desvelado los detalles, pero que los hechos también retratan al PSOE. Es ese pacto con Bildu a cambio de los seis diputados de Otegi, que también fueron, el 16 de noviembre, imprescindibles para seguir en Moncloa. Aquí la hemeroteca y la fonoteca traicionan y retratan a partes iguales a Pedro Sánchez.

Decía que no sabemos la letra pequeña del acuerdo PSOE-Bildu. Nos queda la foto entre Mertxe Aizpurúa y el propio Sánchez. Y nos quedan los hechos. El primero, la moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona que es evidente que forma parte del acuerdo y que marca un antes y un después, porque es la primera vez que el PSOE apoya directamente, con sus votos a favor, un Gobierno de BILDU.

Lo inmediato en este 2024. Las elecciones gallegas el 18 de febrero. Son las primeras después de la era post Feijóo. El líder del PP encadenó cuatro mayorías absolutas, su sucesor Alfonso Rueda parte con clara ventaja en las encuestas, el candidato socialista José Ramón Gómez Besteiro es un gran desconocido para la mayoría y además se ha encontrado con un problema añadido en las últimas horas.

A la izquierda de la izquierda, en Podemos, el que sigue mandando y manejando los hilos es Pablo Iglesias. Venden que es un partido feminista y demás soflamas, pero ahí no se mueve nadie si no da la orden el macho alfa. De cara a esas autonómicas gallegas, Podemos ha preguntado a la militancia si confluían con Sumar de Yolanda Díaz y si iban juntos a las elecciones. Iglesias, antes de la votación, sugirió a los suyos -ya saben como son estas sugerencias- que votaran que no. Y es el resultado que ha salido. Las bases de Podemos rechazan ir con Sumar en las elecciones autonómicas. Obedecen así a Pablo Iglesias.

Y anda la izquierda lanzando un mensaje que no deja de esconder cierta resignación. La izquierda gallega pierde una oportunidad única para arrebatarle la Xunta al PP. Es verdad que ahora se le complica.

Aunque Pablo Iglesias ha llegado a apoyar al BNG en uno de los panfletos que controla, no descartan presentar candidatura. Habría cuatro alternativas en la izquierda. Sumar y Podemos por separado, el PSOE y el BNG.

Pero siendo realistas, las opciones de la izquierda, antes incluso de esta decisión de Podemos Galicia, eran reducidas. Veremos lo que pasa el 18 de febrero, pero hablando de situaciones previsibles, que la izquierda radical se saquen los ojos entre ellos es también un clásico. Casi como las uvas de Nochevieja.

Y hoy hay que recordar la figura de un Papa que hizo historia en la Iglesia Católica. No sólo por ser el primer emérito que convivió con su sucesor. Hizo historia por su firmeza ante lo que él denominaba dictadura del relativismo, que es la gran amenaza de las sociedades occidentales.

Hoy se cumple un año de la muerte de Benedicto XVI. Tenía 95 años y su corazón dejó de latir a las 9 y 34 minutos del 31 de diciembre de 2022. Falleció en el monasterio Mater Ecclesiae, que fue la residencia vaticana que eligió Rantzinger después de retirarse de la vida pública. Lo hizo acompañado de su inseparable secretario personal, Georg Ganswein. Este arzobispo alemán aseguró que las últimas palabras de Benedicto fueron: “Señor, te amo”.

Estuvo 9 años sosteniendo a la iglesia en silencio, después de un Pontificado de ocho años y manteniendo un testimonio de amor a la Iglesia hasta el último día de su muerte. Fueron años en los que se dedicó a leer, a contemplar, a rezar y también a conversar”.

Benedicto tuvo una muy buena relación con España. Visitó nuestro país hasta en 9 ocasiones de manera oficial. 6 como cardenal y 3 como papa. Concretamente a Valencia en 2006, a Santiago de Compostela y Barcelona en 2010... Y la más recordada, la visita a Madrid por la JMJ de 2011.

Fue su último gran acto multitudinario en España, congregando a más de un millón de personas en la capital... en la explanada de Cuatrovientos. En esta ocasión mantuvo también un encuentro con los Reyes de España, Juan Carlos I y Sofía y su familia en el Palacio de la Zarzuela y aprovechó para incluir en su viaje una visita al monasterio de El Escorial.

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