Herraiz, sobre las palabras de Sánchez a Israel: "Nuestro aislamiento en puntos estratégicos es mayor"

- 7 MIN

Muy buenos días. Desde las SEIS te venimos acompañando en LA MAÑANA del FIN de SEMANA de COPE y nos vamos hasta las ocho y media que es cuando llegan LUMBRERAS y AGROPOPULAR.

Por si NO teníamos suficientes líos internos en España, ahora se ha abierto una crisis diplomática entre ISRAEL y el Gobierno de Pedro Sánchez. Ha sido durante el primer viaje oficial internacional de Sánchez tras ser reelegido presidente el 16 de noviembre. Ni diez días ha tardado nuestro presidente en levantar su primer avispero, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados y que vivimos con Argelia a cuenta del volantazo con el tema del Sáhara.

¿Qué es lo que ha pasado ahora? Pues para entender esa tensión diplomática, que ha llevado al Ejecutivo de Tel Aviv a llamar a consultas a los embajadores de España y Bélgica en Israel hay que analizar el CONTEXTO. Sánchez ha acudido a Oriente Próximo en calidad de presidente de turno de la Unión Europea. Esto es así. Otros han ido antes en representación de sus países. El estadounidense Joe Biden, el alemán Scholz, el francés Macron, el holandés Rutte… Y todos con el respeto necesario hacia un país que fue atacado brutalmente por tierra, mar y aire en una oleada de atentados sin precedentes.

Sánchez ha ido como presidente de turno del consejo de la Unión, sí, pero en ISRAEL saben perfectamente la posición que ha mantenido el Gobierno de coalición en ESPAÑA, con ministros declarados abiertamente pro palestinos y acusándoles de genocidio. Eso no ha cambiado con la entrada de nuevos ministros. De hecho, la nueva titular de JUVENTUD e INFANCIA, que se llama SILVIA REGO -cuota SUMAR-, el día del ataque de Hamás el 7 de octubre, lejos de condenar a los terroristas reivindicó el derecho a resistir de los palestinos.

Este es el contexto, que es verdad que no es lo determinante para que ISRAEL llame ahora a nuestro embajador y manifieste un enfado considerable. La gota que ha colmado el vaso ha sido el hilo de declaraciones que ha venido realizando Sánchez desde que aterrizó el pasado jueves en oriente próximo. Por el contenido y por el lugar elegido. Con una despedida a modo de traca final.

A los equipos de Pedro Sánchez y del primer ministro de Bélgica no se les ocurrió otra cosa que, antes de tomar el avión de vuelta Europa, acudir al puesto de RAFAH a hacer declaraciones.

Ese paso con la frontera con Egipto ha sido el punto elegido para la devolución de los primeros rehenes que han permanecido secuestrados casi 50 días. En cuestión de minutos, a ese lugar donde celebraban la rueda de presna Sánchez y el belga iban a llegar los 24 primeros rehenes israelíes liberados. En esta negociación que ha desembocado en su liberación no han tenido nada que ver ni España ni tampoco Bélgica. Y allí, como en buena parte del viaje, Sánchez se dedicaba a señalar a Israel y a darles lecciones de cómo combatir el terrorismo.

Y con esto y otras tantas más, como plantear que España reconozca el estado palestino de manera unilateral si no hay movimientos en el seno de la Unión, ha llegado la respuesta de ISRAEL. Llama a los embajadores de los dos países, de España y Bélgica, para una dura conversación de reprimenda. Nada de reunión amistosa. Y luego desde el ministerio de exteriores israelí se acusa a los gobiernos español y belga de apoyar el terrorismo.

Luego ha salido Albares… Que si Israel lanza acusaciones falsas e inaceptables… que si España dará una respuesta oportuna…

Pero Sánchez dijo lo que dijo, se fue a decirlo al lugar menos indicado, donde en casi cuestión de minutos iban a llegar los rehenes liberados y ha puesto en peligro las relaciones internacionales entre los dos países. No sólo eso. Estamos hablando de un fiel aliado de EEUU y uno de los países más preparados para luchar contra el terrorismo yihadista, aunque se la colaran el 7 de octubre los de Hamás.

Si rompemos con Israel en Oriente Próximo, con Argelia en el norte de África y estamos cada vez más condicionados por Marruecos, nuestro aislamiento en puntos estratégicos es mayor y peligrosa. Muy peligrosa nuestra irrelevancia.

Un nuevo incendio para el Gobierno de Sánchez, en este caso diplomático e internacional, cuando apenas ha comenzado a rodar la nueva legislatura, que va a estar marcada por la AMINISTÍA, las cesiones a los separatistas y la obsesión por controlar, aún más, la JUSTICIA. Es lo único que a Sánchez se le escapa en su totalidad. De momento, el juego sucio lo ha comenzado a hacer SUMAR.

Los de Yolanda Díaz se han ido al SUPREMO y se han querellado contra el presidente del Consejo General del Poder Judicial por manifestarse en contra de la política. ¿No habíamos quedado que no había que ni que politizar la justicia ni judicializar la política? ¿En qué quedamos? Comienza el lawfare, en este caso desde el propio Ejecutivo, ya no solo desde el ámbito separatista.

Los vocales del órgano de gobierno de los jueces se limitaron a mantener la misma postura que había sostenido el PSOE antes de las elecciones del 23 de julio. O lo que había firmado el propio ministro de Justicia, ahora magistrado en el Constitucional Juan Carlos Campo: los indultos -porque así los firmó- eran entonces legales y la amnistía completamente INCONSTITUCIONAL.

Pues Yolanda Díaz comienza su segunda etapa en Moncloa haciendo de fontanera para Sánchez. Y en el consejo, su presidente, Vicente Guilarte, lo enmarcan en una maniobra política.

Lo que es una necesidad es la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Y el PSOE ansía su control. Si no hay acuerdo, tengan por seguro que modificarán la ley, que alterarán las mayorías necesarias para su renovación y, de este modo, dar el asalto definitivo. De momento, comienzan con esta primera persecución ante el SUPREMO del Poder Judicial, aunque, en público, el PSOE se desmrque de la querella de SUMAR.

Y el día nos deja un concepto que desconocíamos hasta ahora. LA AMNISTÍA DE PENALTI. De la misma factoría de Valladolid en la que se reconoce abiertamente que no habrían aprobado la AMINISTÍA de no necesitar los 7 votos de JUNTS, llega ahora eso.

LA AMNISTÍA DE PENALTI. La expresión la ha acuñado el nuevo ministro de transportes que nos tiene reservados muchos momentos de gloria a lo largo de esta legislatura. .

Se autodefine él mismo, sí. Ministro chusco. ¿Qué yo me he equivocado? Eso nunca. Es más, voy a decir una barbaridad, que sería chusca e inapropiada hasta en la hora de cierre de cualquier garito de carretera. ¿Qué no? Ahí voy… y se pone a comparar la ley de amnistía con una pareja de novios que se van a casar tras quedarse ella embarazada. Óscar Puente va a hacer bueno a uno sus predecesores en el cargo. A José Luis Ábalos. A su lado, Ábalos es el marqués de la ensenada. Qué digo, el mayordomo de Downtown Abbey. (down·tuhn a·bee )

Esto por el lado cutre. Pero es que si uno se pone a analizar las palabras de Puente en profundidad, es todavía peor. ¿Significa eso que el PSOE se hubiera echado en brazos de Puigdemont aunque no hubiera necesitado sus votos?

Es decir, ¿que Sánchez estaba locamente enamorado del prófugo y las elecciones han sido nada más que la lanzadera que les ha empujado al altar? ¿De verdad piensa Puente que, después de escuchar a Sánchez y hasta 11 de sus ministros renegar hasta la saciedad de la amnistía, vamos ahora a creernos que en el fondo, ahí latiendo, había en todos ellos una profunda convicción amnistiadora?

Debe ser que el exministro de Justicia, Juan Carlos Campo, que ahora ha dicho que se va a abstener de participar en la votación cuando llegue el asunto al TC, era ajeno a ese elixir amoroso. Por no hablar de Guerra, Felipe González, Page y los millones de socialistas que votaron al PSOE, ministro Puente, porque NUNCA aprobaríais la amnistía.

Y, sobre todo, el argumento de que lo hubieran acabado haciendo tiene un problema fundamental: y es que Sánchez jamás hubiera sido presidente si no hubiera comprado los 7 votos de Junts. Así que no es verdad que al final habrían acabado acatando la amnistía. Sencillamente porque ese momento nunca habría llegado. Y Óscar Puente… en fin, incluso Óscar Puente lo sabe.

Otra prueba más que confirma que están rendidos al separatismo. Los sindicatos convocan una huelga en RENFE y ADIF para protestar por el traspaso de los trenes de cercanías a la Generalitat de Cataluña. Era una amenaza de aquella manera porque el propio Pepe Álvarez de UGT ya dijo que no le gustaban las huelgas preventivas. Pero en todo caso, Puente admitió que para tranquilizar a los sindicatos tuvo que recibir el visto bueno de Pere Aragonés. Esto no ha hecho nada más que empezar.

Programas

Último boletín

04:00H | 22 DIC 2024 | BOLETÍN