Legados de vida que se transmiten de madres a hijas
En el Día de la Madre, recogemos historias familiares que ponen el foco de importancia en los valores del cuidado y el amor al prójimo.
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Como cada primer domingo de mayo, hoy celebramos el Día de la Madre, aunque este año lo hacemos de una manera especialmente diferente. Con las medidas de confinamiento social en activo son muchos los hijos que deberán felicitar el día a sus madres a través de videoconferencia, desde los balcones o el descansillo de una escalera.
Es el caso de Marta e Isabel. Las dos son enfermeras de profesión, aunque Isabel tuvo que dejar su puesto hace cinco años después de tres décadas dedicada a sus pacientes, cuando le fue diagnosticada la enfermedad de Parkinson. Dijo adiós a su puesto en activo, pero ha encontrado su propia forma de ayudar durante la crisis sanitaria que estamos viviendo, prestando apoyo moral a sus antiguos compañeros, así como ofreciendo su experiencia y conocimiento en cada llamada en la que le piden consejo.
Por su parte, su hija Marta, forma parte de los equipos que están visitando residencias no medicalizadas para ayudar a sus residentes. Hasta la crisis del COVID-19, ella trabajaba en la planta de oncología, pero cuando la situación se complicó en los centros hospitalarios le pidieron que se uniera a ese grupo especial y ella no lo dudó, incluso sabiendo el coste personal que iba a suponer. Marta ha tenido que mudarse de casa, por miedo a contagiar a su madre, a la que cuida desde que le descubrieron la enfermedad, y a su hermana que padece síndrome de Down.
Pero no se ha ido muy lejos, una vecina le ha ofrecido su casa y, ahora, madre e hija se cuidan mutuamente. Ella les hace la compra e Isabel le prepara la comida y con mucho orgullo asegura que Marta está continuando con su legado al tratar de humanizar el sistema sanitario, recordando que tan importantes son los cuidados físicos de los pacientes como los emocionales. El intercambio lo realizan en el descansillo de la escalera, donde brevemente pueden saludarse y comprobar, aunque sea en la distancia, que las tres están bien.